Esto es muy raro. Ayer el procurador general Alejandro Ordóñez presentó sus no-disculpas por mentir abierta y descaradamente sobre el derecho a abortar, y hoy, la mitad de la clase política, que piensan reelegir a ese esclavo mental de Benedicto XVI, de repente están a favor de ampliar los casos de aborto.
El ministerio de Justicia puso el tema sobre la mesa:
El Ministerio de Justicia está listo para plantear un candente debate: la “despenalización amplia” del aborto en Colombia, más allá de los tres casos en los que esa práctica fue autorizada por la Corte Constitucional en el 2006.
El próximo martes, el Consejo de Política Criminal -en el que tienen asiento el Gobierno, las cortes, la Fiscalía, la Procuraduría y la Policía, entre otras autoridades- empezará a discutir un extenso documento, elaborado por una comisión encabezada por el viceministro de Justicia, Farid Benavides.
El informe, que incluso aparece en la página web del Ministerio, plantea una revolucionaria posición frente al espinoso tema: dejar de perseguir a las mujeres que deciden abortar y concentrar esfuerzos en campañas de prevención y educación sexual.
Luego, varios congresistas -de esos que ya decidieron reelegir a Ordóñez sin conocer los otros nombres de la terna- se mostraron a favor de la iniciativa:
El representante Simón Gaviria Muñoz (jefe del Partido Liberal) dijo que “nosotros compartimos la decisión de la ministra de Justicia (Ruth Stella Díaz) pues pensamos que ese es un debate que Colombia debe dar más a fondo. Nos parece que el partido está listo para emprender ese debate”.
“El clero y las costumbre se excluyen de este debate con información y siendo más francos con los temas de progresismo para los ciudadano”, aseguró.
Según él, aunque debería fijarse una posición definitiva con la bancada en general “pensamos que los derechos de las mujeres deben ser prioridad”.
A su turno, el senador Armando Benedetti Villaneda (Partido de La U) dijo que “estaría completamente de acuerdo con despenalizar el aborto, para mí es un derecho de la mujer, la mujer es dueña de su cuerpo, de su futuro, de su dignidad también y es ella la que debe elegir si se debe o no se debe”.
Yo no les creo. Si en realidad se preocuparan por los derechos de las mujeres, no votarían por reelegir a Ordóñez.
Creo que nos encontramos ante dos posibles escenarios: primero, que esto sea una pantalla de humo, para que los que voten por Ordóñez no sean señalados de ser lo misóginos que son. El segundo es que todo el poder y la reelección que Ordóñez compró con su corrupción, no le haya alcanzado para comprar unas pocas consciencias.