En varias ocasiones, la Corte Constitucional le ha permitido a Alejandro Ordóñez salirse con la suya y violar el estado laico y los derechos de sus subalternos.
Por fin, hasta hace unos días le ordenaron rectificar sus patéticas mentiras sobre los derechos sexuales y la salud reproductiva de las mujeres.
Sin embargo, Ordóñez ha salido con una no-disculpa:
“El país puede estar tranquilo y tener la certeza de que el Procurador General no ha mentido, ni hemos no hemos faltado a la verdad ni hemos manipulado información alguna”, precisó Ordóñez Maldonado.
En su intervención el Procurador General informó además que ratificó en su respectivos cargo a las procuradoras Ilva Myriam Hoyos (Infancia y Familia) y María Eugenia Carreño (Función Pública) .
Ordóñez Maldonado indicó además que seguirá presentando su posición frente a los temas relacionados con el aborto y los derechos reproductivos. “El debate no ha terminado, la situación científica y técnica continuará”.
A pesar de que colectivos como Women’s Link consideran que el escueto comunicado de rectificación fue un triunfo, yo no soy tan optimista – ni ligeramente optimista.
Más bien, lo que hizo Ordóñez fue burlarse de la sentencia con una mentira del tamaño de un agujero negro.
De hecho, el procurador general Alejandro Ordóñez sí ha mentido, repetida y sistemáticamente. Negarlo sólo es agregar más mentiras a su historial.
Al no aceptar las renuncias de sus esbirras Ilva Myriam Hoyos y María Eugenia Carreño, ellas siguen estando obligadas a rectificar también – uno supone, ¿no?
Y por último, pero no menos importante, el debate sobre el aborto ya terminó. Sin importar lo que diga el amigo imaginario de Ordóñez, o su amo mental, la ciencia es bastante concluyente sobre el aborto y los métodos anticonceptivos. Negarlo, sólo es otra de las graves faltas a la verdad del Procurador.
Así que no, yo no me doy por bien servido, ni me parece un triunfo, ni nada. Él simplemente se limitó a rectificar porque su reelección está en juego y no quiere arriesgarse a que le abran un proceso por desacato o fraude a resolución judicial.
Tan es así, que presentará un recurso de nulidad contra la sentencia que recién acaba de cumplir (!).