Una de mis primeras objeciones a la religión fue que el Diablo, Satanás, no es malo (en ese momento no era ateo y admitía sin mucho problema la existencia de los personajes sobrenaturales de la ficción cristiana). Si el Diablo castiga a los malos, si es el carcelero, ¿cómo así que es ‘malo’? ¿No debería el máximo dueño de lo perverso premiar a los ‘malos’, en vez de castigarlos? (Esto no me ganó puntos con una suegra cristiana fundamentalista que tuve.)
Ahora John Loftus hace un ejercicio mental similar, que me parece que vale la pena reproducir acá:
Los cristianos confeccionan escenarios salvajemente inverosímiles con el fin de defender su fe, sobre todo Alvin Plantinga, que supone que Satanás provoca todos los males naturales, y Peter Van Inwagen, quien supone que antes de la caída en desgracia en el Edén no había sufrimiento a pesar de que los carnívoros y los seres humanos coexistieron en la Tierra antes de esa fecha. Pero ¿qué pasa si Satanás es el bueno? ¿Y si él se rebeló contra Dios, porque era consciente del malvado plan de Dios para crear este tipo de mundo y con él condenar a los seres humanos al infierno para siempre? ¿Y si Satanás le dijo a Adán la verdad en el jardín y quería que él tuviera un conocimiento verdadero acerca de Dios, que estaba prohibido? ¿Y si Dios fue el que reveló una mentira, que Satanás era el malo de la película, a pesar de que no lo es? ¿Y si Dios también hizo que un poco de savia inocente fuera crucificado y posteriormente afirmó que representaba su amor por nosotros? ¿Y si Dios se ríe de que tanta gente crea en lo que reveló? ¿Y si Dios es el malo? ¿Y si esta llamada guerra cósmica está siendo ganada por el tipo equivocado? ¿Qué pasa si en respuesta Satanás está enviando profetas (es decir, los intelectuales), para decirle a los creyentes la verdad, que Dios es un mentiroso, un ególatra perverso, un monstruo moral? ¿Qué evidencia hay para negar mi escenario? Evidencia. Eso es lo que estoy pidiendo en cualquier escenario. Las probabilidades son lo único que importa. Porque si alguno de estos escenarios debe ser tomado en serio, entonces la gente está en todo su derecho epistemológico de creerse también el cuento de la Cienciología.
Creo que eso tampoco le habría gustado a mi suegra de entonces…