Mientras que se lleva a cabo el plantón frente a la Procuraduría General de la Nación, la siguiente carta será entregada en la Presidencia de la República, en nombre de las organizaciones y personas que nos oponemos a que el presidente terne a Alejandro Ordóñez, para que deje de usar las facultades que le otorga la Constitución para imponer la Inquisición.
Si no pueden ir, al final de la carta pueden enviar sus nombres y el de sus organizaciones para que sean incluidos en la lista de firmas:
Doctor
Juan Manuel Santos Calderón
Presidente de la República de Colombia
Casa de Nariño
E. S. D
Presidente Santos,
En el ejercicio pleno de nuestros derechos constitucionales y legales y en el ejercicio de la ciudadanía las y los abajo firmantes nos dirigimos a Usted por ser la autoridad competente y quién a través del voto popular juró proteger y garantizar los derechos humanos del pueblo colombiano, para que NO incluya en la terna para elegir Procurador General de la Nación, al procurador actual, Alejandro Ordóñez Maldonado. Nuestra solicitud se funda en el imperioso respeto al estado laico colombiano, a los derechos constitucionales y a las normas que protegen derechos humanos en nuestro país.
La Constitución de 1991 en el articulado que desarrolla los principios fundamentales, así como los derechos fundamentales específicamente los artículos 16, 18 y 19 y concordantes, determina que Colombia NO se regirá por conciencia, dogma o doctrina religiosa alguna y que las instituciones velarán para que las ciudadanas y ciudadanos gocen sus derechos constitucionales, algo que ha sido ratificado reiteradamente por la Corte Constitucional.
Sin embargo, el ejercicio público que ha realizado Alejandro Ordoñez Maldonado, como Procurador General de la Nación, a través de diversos pronunciamientos públicos ha expresado su claro rechazo e inobjetable y radical oposición al reconocimiento de los derechos sexuales y derechos reproductivos como son la interrupción voluntaria del embarazo, el derecho al libre desarrollo de la personalidad, a los derechos reconocidos a las parejas del mismo sexo, y a la difusión de programas que protejan la salud sexual y reproductiva. De igual modo se ha pronunciado en diversos aspectos de la dinámicas social y política del país como fue el aceptar que considera que las corridas de toros hacen parte de la expresión cultural de un pueblo; además de tener dudosas actuaciones cuando fue Consejero de Estado en favorecimiento a algunos militares implicados con el paramilitarismo, entre muchas otras actuaciones que se mencionan a continuación:
• Solicitó la nulidad de una sentencia de la Corte Constitucional que ordenaba al Ministerio de Protección Social, al Ministerio de Educación, la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación, diseñar y poner en movimiento campañas masivas de promoción de los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres, especialmente relacionados con la interrupción voluntaria del embarazo.
• Se ha negado a permitir que se conozcan ampliamente los tres casos en los que está despenalizado el aborto en Colombia, según la sentencia C-355 del 10 de mayo del 2006 de la Corte Constitucional y ha equiparado los métodos anticonceptivos con el aborto, teniendo pleno conocimiento de que son diferentes.
• Considera a las personas LGBTI como ciudadanos y ciudadanas de segunda clase, oponiéndose a la adopción homoparental y el matrimonio igualitario de parejas del mismo sexo, a pesar de estar reconocido en la Constitución que todas las personas somos iguales y tenemos los mismos derechos ante la ley, y que cuatro importantes Universidades dieron concepto favorable a este respecto. Alejandro Ordóñez ha hecho gala de su homofobia en su libro “Hacia el libre desarrollo de nuestra animalidad” en el que de manera prejuiciosa arremete contra las personas homosexuales a quienes califica de “antinaturales”, retomando conceptos propios de la moral católica, y de la de Tomás de Aquino, específicamente. Su actuación desconoce la sentencia T-716 del 2011 que ratifica que las parejas del mismo sexo sí son familia, así como los estudios de muchos centros universitarios que ratifican que la orientación homosexual no es una enfermedad y que las parejas del mismo sexo pueden adoptar menores.
• Mantiene una ética especicista, en la que considera inferiores a otros organismos sintientes, posicionándose a favor de las corridas de toros, calificándolos como bienes de interés cultural, lo que a nuestro juicio perpetúa la cultura de la violencia, el sadismo y la muerte, en una nación que debería encaminarse hacia la compasión y la bondad, como la vía para alcanzar la paz que Colombia se merece.
• Se opone al derecho que le asiste a una persona de poder elegir por una muerte digna de manera que no tenga que soportar una larga agonía, por medio de la eutanasia de libre elección; con esta postura el procurador quiere imponer una visión religiosa particular violentando con ello la laicidad del estado colombianao y otros derechos fundamentales.
• Favorece a la Iglesia Católica en la procuraduría, destinando dineros públicos para actos religiosos, en detrimento de las minorías que no suscriben la religión católica, pero que también pagan impuestos, no precisamente para que se utilicen en la promoción de un credo particular.
Los anteriores son solo algunos ejemplos que demuestran cómo las creencias religiosas del actual Procurador General de la Nación condicionan y afectan el ejercicio de sus funciones. Por ello y por las razones expuestas sus actuaciones promocionan los fundamentalismos de la homofobia, la misoginia, la crueldad contra los animales y principalmente violan el principio constitucional del Estado Laico.
Señor Presidente, incluir a Alejandro Ordoñez Maldonado en la terna cierra los caminos abiertos para el ejercicio real y cotidiano de la libertad religiosa en Colombia y riñe con los procesos que hacen efectiva la separación entre los poderes eclesiales y los civiles. Esperamos que sus principios liberales lo guíen en su decisión de NO TERNARLO, lo cual afectará a un país que no puede continuar desangrándose no solo por la guerra, sino por la incapacidad de respetar la diferencia y de no considerar que la aniquilación social, política o vital son la solución para nuestros conflictos.
Firman,
[si quieren que su firma, y/o el nombre de su organización sean incluidos en las firmas, escríbanle un correo a la Casa de la Mujer, pidiendo ser incluidos en la Carta]