Que los líderes religiosos violen la ley, crean que están por encima de ella y que se pueden defender de todas las acusaciones gimiendo que son perseguidos religiosos es algo que no me extraña. Es cristianismo básico.
Por eso no tiene nada de raro que monseñor Carlos Prada Sanmiguel ignore tan olímpicamente los llamados a comparecer de la justicia colombiana, en el proceso que se le sigue a es obispo por los delitos de injuria y calumnia:
La audiencia que estaba citada para las 10:00 de la mañana del jueves en Duitama, fue aplazada luego de que el obispo Carlos Prada Sanmiguel, enviara un oficio al despacho del Juzgado Tercero Penal Municipal argumentando que una cita inaplazable en Bogotá le impedía presentarse.
El alto prelado fue citado a audiencia pública dentro del proceso judicial que le es adelantado luego de que un sacerdote de Duitama lo demandara por los delitos de injuria y calumnia.
Aunque el caso se ha manejado con un absoluto hermetismo por parte tanto del clero, como de la autoridad judicial, y la Fiscalía que adelanta la investigación, se conoció que los hechos, motivo de reclamo por parte del sacerdote Edward Pérez, contra el obispo de la Diócesis de Duitama – Sogamoso, se habrían originado desde hace cerca de tres años.
Al parecer, el alto prelado decidió sancionar al religioso, de unos 45 años de edad, quitándole los derechos para predicar, celebrar misas u oficios religiosos y para confesar, argumentando comportamientos indebidos del cura. Adicionalmente el Obispo habría hecho referencia al caso en una reunión de sacerdotes de la Diócesis, motivando la acción del padre Pérez.
¡Todo un ejemplo de comportamiento!