Cuando Eric Gutkind sacó su libro Choose Life: The Biblical Call to Revolt, le envió una copia a Albert Einstein.
Einstein le escribió una carta agradeciendo y comentando el libro, cuyo contenido acaba de conocer la luz pública. La carta fue enviada poco antes de que Einstien muriera, por lo que esto podría generarle agrieras a más de uno convencido de la supuesta conversión del físico en su lecho de muerte:
… He leído mucho de su libro en los últimos días, y muchas gracias por enviármelo. Lo que más me llamó la atención fue esto. Con respecto a la actitud fáctica frente a la vida y a la comunidad humana tenemos mucho en común.
…
Para mí, la palabra Dios no es nada más que la expresión y producto de debilidades humanas, la Biblia una colección de leyendas honorables, pero todavía primitivas que son de todos modos bastante infantiles. Ninguna interpretación, sin importar qué tan sutil sea, puede (para mí) cambiar esto. Estas sutilizadas interpretaciones son altamente variadas de acuerdo con su naturaleza y no tienen casi nada que ver con el texto original. Para mí, la religión judía, como todas las otras religiones, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío, al que con mucho gusto pertenezco y con cuya mentalidad tengo una profunda afinidad, no tiene ninguna cualidad diferente para mí que todos las demás pueblos. En cuanto a mi experiencia, tampoco son mejores que otros grupos humanos, aunque están protegidos de los peores cánceres por una falta de poder. De lo contrario, no puedo ver nada “elegido” sobre ellos.
En general me resulta doloroso que usted afirme una posición de privilegio y trate de defenderla con dos muros de orgullo, uno externo como hombre y uno interno como judío. Como hombre, usted reclama, por así decirlo, una dispensa de la causalidad aceptada de todas maneras, como judío, el privilegio del monoteísmo. Pero una causalidad limitada deja de ser una causalidad, como nuestro maravilloso Spinoza reconoció con toda la incisión, siendo probablemente el primero. Y las interpretaciones animistas de las religiones de la naturaleza no están, en principio, anuladas por la monopolización. Con dichos muros sólo podemos lograr un cierto auto-engaño, pero nuestros esfuerzos morales no son foementados por ellos. Por el contrario.
Ahora que he declarado abiertamente de nuestras diferencias en convicciones intelectuales, todavía es claro para mí que estamos muy cerca uno del otro en las cosas esenciales, es decir, en nuestras evaluaciones de la conducta humana. Lo que nos separa son sólo los ‘apoyos’ y la ‘racionalización’ intelectuales en el lenguaje de Freud. Por lo tanto creo que nos entenderíamos bastante bien si habláramos de cosas concretas.
Con agradecimiento amistoso y los mejores deseos,
Atentamente, A. Einstein
La carta está en proceso de subasta que empieza con un mínimo de $ 3 millones de dólares estadounidenses, por si a alguien le interesa.
(vía Richard Dawkins)