Los casos en los que los papás dejan morir a sus hijos porque prefieren la superstición a la ciencia son horribles.
Ahora los médicos de Reino Unido podrían haber encontrado algo potencialmente peor – padres que torturan a sus hijos moribundos, obligándolos a vivir en agonía sus últimos días:
Niños con enfermedades terminales son sometidos a sufrimiento innecesario equivalente a la “tortura” por parte de los padres que se niegan a permitir la retirada del tratamiento a causa de sus creencias religiosas, han afirmado los médicos tratantes.
Los padres que confían en la intervención divina, incluso después que los médicos dicen que no hay esperanza de supervivencia, están sometiendo a sus hijos a tratamientos agresivos, pero inútiles, dijeron.
En un artículo publicado en el Journal of Medical Ethics, advirtieron que las familias con esperanzas profundas de una “milagrosa” recuperación se les estaba permitiendo “bloquear” cada vez más la opinión médica.
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“Si bien es vital apoyar a las familias en estos momentos difíciles, estamos cada vez más preocupados de que la creencia profundamente arraigada en la religión puede llevar a que los niños sean potencialmente sometidos a asistencia complicada en espera de una “intervención ‘milagrosa'”, advirtieron los autores. “En muchos casos, los niños sobre los cuales se están realizando las decisiones son demasiado jóvenes para suscribir las creencias religiosas de sus padres, sin embargo, seguimos respetando las creencias de los padres”.
Citando ejemplos de los tratamientos en cuestión, ellos argumentaron que someter a los niños a sufrir sin esperanza de una cura científica podría violar el artículo tres de la Convención Europea de Derechos Humanos, que prohíbe la tortura. “Pasar toda una vida conectado a un ventilador mecánico con todas las funciones corporales bajo supervisión y la sanidad por parte de un cuidador o familiar, sin dejar rastro de dignidad o intimidad del niño o un adulto se ha argumentado como inhumano”, argumentaron.
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Aunque los casos incluían familias católicas romanas, musulmanas y judías, el mayor obstáculo al que los autores dijeron que se enfrentaron fueron los grupos de cristianos evangélicos “fundamentalistas” menos establecidos, con raíces en la comunidad africana.
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Keith Porteous Wood, director ejecutivo de la Sociedad Nacional Secular, dijo: “Esta es probablemente la situación más terrible para cualquier padre, pero la experiencia y el consejo de los médicos no deben ser rehenes de las creencias religiosas, por muy arraigadas que estén”.
¿Y esta es la gente que defiende ‘la Familia‘?
Esto no sólo se trata de fe. Se trata de padres que están dispuestos a dejar que sus hijos sufran. Ningún buen padre haría eso… a menos que tuvieran completamente lavado el cerebro para pensar que eso es aceptable.
(vía Friendly Atheist)