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El cristianismo sí es una religión

Una de las reacciones gracias a la protesta contra el Bogotá Gospel vino de los mismos cristianos, tratando de defender que se roben el dinero de los contribuyentes para desperdiciarlo en su superstición.

Es un argumento muy manido, que repiten hasta el cansancio y es ese de que el cristianismo no es una religión. Dicen ellos que es “una relación personal con dios” o “un estilo de vida”. En cualquier caso, es un pésimo argumento.

Estas son las primeras tres definiciones de religión según la Real Academia:

1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

2. f. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.

3. f. Profesión y observancia de la doctrina religiosa.

Eso, no más, abarca cualquier tipo de relación, personal o no personal, con dios. Si creen en un ente sobrenatural al que le rinden culto (o le rezan), eso es una religión.

Y un estilo de vida básicamente se compone de conjuntos de creencias y normas morales y de rituales para la conducta individual o social. De nuevo: ese estilo de vida es una religión.

Pero no contentos con eso, muchos cristianos -y algunos ateos que defienden el privilegio religioso- fueron incluso más allá. Dejando de lado los que hacían comparaciones sin sentido con el Jazz al Parque o Rock al Parque (que no son religiones, sino géneros musicales), había unos que defendían con arrogancia este desperdicio del dinero de los contribuyentes.

El comentario (con el que llenaron ad nauseam el artículo en que denuncié Bogotá Gospel por primera vez) toma la siguiente forma:

“Pero el Distrito también paga por conciertos de rock, en los que se promueve la homosexualidad, las drogas y cosas malas”.

Este argumento y todas sus variaciones son pésimos argumentos, por los siguientes motivos:

En primer lugar, justifica el robo de nuestros impuestos para privilegiar una superstición, a pesar de que eso está constitucionalmente prohibido. (¿No había un mandamiento que prohibía robar?)

En segundo lugar, asume, como lo hacen tan a menudo los creyentes, que la moral y la ética están escritas sobre piedra, en blanco y negro, y para completar, se creen los guardianes de esa moral. Si esto apesta a maniqueísmo, es porque es maniqueísmo.

En tercer lugar, es hipócrita. Si ellos realmente se tragan la noción de que no hay grises entre lo que podría ser una conducta definitivamente mala y una buena, no deberían usar este argumento para justificar el hurto de dineros públicos para favorecer sus creencias particulares.

En cuarto lugar, es petulante -y no tiene de qué-. Si ellos, en medio de su arrogancia, se creen los guardianes de esa moral y esa ética (que tan hipócritamente están dispuestos a violar, en nombre de defenderla), es porque de alguna manera se creen superiores moralmente. Yo soy de los que cree que la religión es mala y las drogas son buenas, así que se me da fatal ver el mensaje religioso como alguna manera de contrarrestar el mensaje ‘satánico’ de un concierto de rock.

En quinto lugar, es condescendiente. Además de la hipocresía y la arrogancia, los seguidores del zombie judío tienen una facilidad pasmosa para creer que saben qué es lo mejor para uno. Ellos están convencidos de que pueden dictar los destinos de las demás vidas, así que no es de extrañar que tengan orgasmos cada vez que se les presenta la oportunidad de decirle a alguien que no es libre para usar su cuerpo como le plazca, sea consumiendo drogas, o teniendo sexo con quien quiera.

Y en sexto y último lugar, aunque no menos importante, está el hecho de que es falso y fraudulento. Eso de que el Estado promueva distintas ideas, incluidas las suyas, es inducir a error. Las creencias cristianas, así como las islámicas, budistas y paganas, hacen parte del libre mercado de las ideas pero siguen siendo religiosas. Eso significa que son las únicas ideas que el Estado no puede favorecer, a diferencia de lo que pasa con el consumo de drogas, tener sexo o que los seres humanos somos de hecho, dueños de nuestros cuerpos.

Así que agradecería que dejaran de recurrir a estos falaces argumento y busquen maneras menos ofensivas y más inteligentes de defender lo indefendible.

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