La prohibición de las drogas es un fracaso rotundo y una violación de las más básicas libertades civiles de los individuos. Es un asalto a las bases de Occidente y la civilización.
Al parecer, eso podría estar en proceso de cambiar lentamente, empezando por países del sur de Latinoamérica. Por ejemplo, en Chile dos senadores buscan despenalizar el consumo y el cultivo de marihuana:
La iniciativa fue presentada por el senador socialista Fulvio Rossi, quien recientemente admitió ser consumidor ocasional de marihuana, y Ricardo Lagos Weber, del socialdemócrata Partido por la Democracia (PPD) e hijo del expresidente chileno Ricardo Lagos (2000-2006).
“Desde el punto de vista científico y sanitario no existen argumentos para señalar el por qué hay drogas consideradas lícitas, como el tabaco y el alcohol, y drogas ilícitas como la marihuana”, argumentó ante los periodistas el senador Rossi, médico de profesión.
“Ninguna droga es inocua, lo que precisamente no justifica que se ubique a una en un estatus distinto de otra”, sostuvo Rossi, en cuya opinión, “el enfoque prohibicionista, que criminaliza al consumidor responsable, adulto”, posibilita la existencia del mercado negro, del tráfico”.
Aquí quiero hacer una reflexión: aunque es un paso en la dirección correcta, se están quedando cortos.
En primer lugar, deberían legalizar en vez de despenalizar. En segundo lugar, si no hay ninguna restricción para el licor del tipo de que cada quien debe fermentar su propio alcohol, de la misma manera es ridículo exigir que cada quien cultive su propia droga.
¿Estamos en una economía de mercado? Sí. ¿Consideramos libres y autónomos a los individuos, siempre y cuando no interfieran con la libertad ni los derechos ajenos? Sí. Entonces, ¿qué putas? ¿Cuál es la vaina con no legalizar la droga?
Mientras tanto, como ya vimos, en Uruguay apuestan por la legalización (más o menos) y ahora ha surgido la Copa Cannabis, concurso para descubrir quién cultiva la mejor marihuana:
Laura Blanco, organizadora de la llamada Copa Cannabis, que también cuenta con una sección internacional, expresó la intención de los responsables de la competición de realizarla anualmente, algo que ella ve muy probable tras el éxito cosechado en la primera edición.
Además, confía en que el concurso, celebrado a fines de julio en un edificio particular del barrio de El Prado de Montevideo, pueda hacerse de una forma más pública si prospera el plan gubernamental.
La vez pasada, un lector del blog me advirtió que las intenciones de Mujica van por otro lado:
El presidente de mi país pretende no legalizar la marihuana, sino llevar un registro de los ciudadanos “adictos” y monopolizar la producción de la marihuana por parte del Estado. Esto además de ser bastante fascistoide, lo hace para tirar una bomba de humo en los momentos que goza de peor popularidad dado que en el país hay una crisis de seguridad gracias a su mentalidad de ultraizquierda retrógrada.
Habrá que seguir con lupa estos procesos.