Siguiendo con los padres mentalmente perturbados, creo que también caben dentro de esa categoría los que discriminan a sus hijos por la preferencia sexual de estos.
Al respecto, pueden leer esta carta de un muy devoto padre a su hijo gay, dejándole claro que no lo ama incondicionalmente:
James: Esta es una carta difícil, pero necesaria de escribir. Espero que tu llamada telefónica no fuera para recibir mi bendición para la degradación de tu estilo de vida. Tengo buenos recuerdos de nuestro tiempo juntos, pero está todo en el pasado.
No esperes ninguna otra conversación conmigo. Ninguna comunicación en absoluto. No voy a venir a visitar, ni te quiero en mi casa.
Has hecho tu elección, aunque sea equivocada. Dios no tenía la intención de este estilo de vida antinatural.
Si decides no asistir a mi funeral, mi familia y amigos entenderán.
Ten un buen cumpleaños y una buena vida. Ningún intercambio de regalos, será aceptado.
Adiós, papá.
Y este amor paterno, ¿será cristiano o islámico?.
(vía Pharyngula)