En los últimos días se dieron avances científicos importantes que vale la pena resaltar, aún más cuando hay personas que insisten en que hay más caminos hacia el conocimiento además de la ciencia.
Muy bien, relativistas culturales, ¿qué tipos de “conocimientos no científicos” se pueden comparar con estos o nos han brindado más y mejores posibilidades? (Ver el post anterior)
- Un estudio realizado por la UCLA y publicado en Antimicrobial Agents and Chemotherapy descubrió que el Prozac -fluoxetina- podría utilizarse como un efectivo antiviral.
- Un grupo de investigadores de China, Taiwán y Estados Unidos desarrollaron el semiconductor láser más pequeño del mundo, un dispositivo nanoláser tan pequeño que no se puede ver a simple vista y que tendría aplicaciones en el desarrollo de la tecnología basada en fotones, en la informática y en la medicina.
- Un estudio publicado en la revista especializada Psychological Science sugiere que sonreir mientras nos sometemos a actividades estresantes puede reducir la intensidad de la respuesta del cuerpo, independientemente de si la persona se siente o no “feliz”.
- Investigadores de las Universidades de Berkeley, Munich y Washington lograron restaurar la visión en un grupo de ratones con ceguera, de manera temporal. La clave se llama AAQ, una sustancia química que consiguió que las células “ciegas” de la retina se volvieran sensibles a la luz. Una nueva esperanza para que aquellas personas con ceguera degenerativa puedan restaurar la visión.
- Un estudio publicado en Science revela que a medida que envejecen, las termitas preparan una mochila de productos químicos letales, que utilizan para autodestruirse en caso de ataque, acabando así con los enemigos y protegiendo la colonia.
- Investigadores de la Universidad de Monash en Melbourne en conjunto con la Universidad Rockefeller y la Universidad de Maryland en Estados Unidos hablan de una posible alternativa a los antibióticos, tras seis años estudiando la estructura de la proteína viral PlyC, que los llevó a descubrir la forma en que mata a la bacteria que causa una amplia gama de infecciones entre las que se incluirían el dolor de garganta, la neumonía o el síndrome de shock tóxico estreptocócico.
- Investigadores de la Universidad de Fráncfort y del Centro alemán de Investigación de Biodiversidad y Clima han publicado un estudio en el que afirman que la Antártida fue el hogar de una selva tropical hace unos 50 millones de años.
- Los investigadores podrían haber resuelto una de las mayores controversias en la investigación del cáncer: la identificación y seguimiento de las células madres cancerosas, responsables de la regeneración de los tumores tras una terapia con éxito.
- Científicos han descubierto una proteína, la Flightless I, que reduciría el riesgo de metástasis, haciendo que las células cancerígenas permanezcan en un solo órgano.
- Un estudio reciente señaló que a diferencia de los creyentes y los agnósticos, los ateos somos bastante irreligiosos así pensemos en la muerte. Kenneth Vail, uno de los investigadores, lo explica así: “el consuelo de la religión no parece ser una necesidad universal”.
- Científicos estadounidenses descubrieron que la baja temperatura de los pies de algunas personas se debe a diferencias en la interacción entre una serie de moléculas y varios receptores de los músculos de los vasos sanguíneos. Según el estudio [PDF], este mecanismo, que implica a dos proteínas llamadas Rap1A y Epac, sirve para limitar la llegada de sangre a la piel cuando hace frío en el exterior y, de este modo, mantener calientes los órganos internos.
- Científicos de la Universidad de California en Irvine, descubrieron diferencias en los cerebros y los procesos mentales de un grupo de personas capaces de recordar sin esfuerzo –y con gran lujo de detalles- cada momento de sus vidas desde que tenían 10 años de edad -los hiptertimésicos-. James McCaugh y su equipo descubrieron que esta capacidad se basa en diferencias en nueve estructuras del cerebro, incluyendo que poseen materia blanca más densa robusta en las conexiones que unen las zonas frontales y medias del órgano pensante.
- Científicos de la Universidad de Pittsburgh han demuestrado que la falta de descanso puede modificar el efecto de las vacunas, reduciéndolo. El estudio fue publicado en la revista SLEEP.