En estos días hemos visto cómo Aníbal Gaviria desde la alcaldía de Medellín invita a Benedicto XVI tentándolo con cartas de niños, iniciativa que ha sido acogida por otras entidades públicas de la ciudad, como Metrosalud.
Hice las correspondientes denuncias a la violación de la Constitución y del Estado laico, como es costumbre en el blog y no pensé que el tema llegara a los medios de comunicación nacionales. Pero la columna de Juan Diego Restrepo me dio una grata sorpresa:
Ese tipo de mensajes impositivos y generalizadores vulneran el derecho de libertad de cultos que quedó consignado en el artículo 19 de la Constitución Política de Colombia de 1991, que dice textualmente: “Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”. Además, esa obligatoriedad va en contravía, de manera tangencial, del artículo 68 de la Carta, que establece que “en los establecimientos del Estado ninguna persona podrá ser obligada a recibir educación religiosa”.
A la desatención de la Constitución Política de 1991 se le suma la trasgresión de las normas consignadas en la Sentencia C-152 de 2003 de la Corte Constitucional que consigna en uno de sus apartados “la jurisprudencia constitucional sobre sobre pluralismo, diversidad y libertad religiosa”. Al respecto, se consignan dos obligaciones: a) “la igualdad ante la ley de las distintas iglesias y confesiones religiosas impide que el Estado le otorgue a una de ellas un trato preferente”; b) “el principio de separación entre las Iglesias y el Estado exige neutralidad de las autoridades frente a las manifestaciones religiosas e impide que el Estado adhiera o promueva una religión”. Al parecer, la administración municipal olvidó que antes que reforzar una creencia lo que debe hacer es proteger y tutelar la libertad cultos.
El apetito mercantilista de vender la ciudad ante el mundo no puede hacerse sobre la violación de derechos fundamentales.
No es mucho, pero es algo. Es la primera vez que veo algo por el estilo en un medio de comunicación a nivel nacional (o al menos en su página web).
Ojalá el ejemplo cunda.