Los alrededores de Colorado están siendo consumidos por incendios forestales masivos, difíciles de controlar.
Una parte de la población, en vez de hacer algo productivo, recurrieron a la superstición – rezaron porque lloviera y, por supuesto, no funcionó:
Minutos después de que empezara el incendio del Cañón Waldo, hubo un llamado a la oración. Y fue contestado por millones de cristianos en toda nuestra nación y nuestro mundo.
Créanme en este caso. He oído a docenas de amigos que dijeron que estaban orando por mi familia, mi casa, mi ciudad. Por encima de todo, estos amigos oraron porque lloviera…
…
El martes por la noche, estaba viendo aterrorizado desde uno de los puntos altos de la ciudad detrás de la Capilla Hills Mall. Cientos de personas estaban a mi lado mientras veíamos las llamas ondulantes por los barrios, consumiendo casas. Había una abrumadora sensación de impotencia.
Para mí, hubo también esta toma de conciencia drenadora:
Dios, a pesar de las peticiones de millones, no había cumplido haciendo que lloviera en la región de Pikes Peak.
¿Por qué?
Porque la lluvia no aparece simplemente porque se pida amablemente. Así no es como funciona la lluvia. Podrían intentarlo con Zeus, pero creo que el ciclo del agua tiene otra forma de hacer las cosas.
(vía Friendly Atheist)