Resulta que los líderes religiosos de Noruega (yo pensaba que no existía tal cosa, pero ya ven, hasta Noruega tiene timadores) están furiosos con Julia Klinge, política de la coalición de gobierno, que hizo un llamado para prohibir la circuncisión:
“En mi opinión, esta es una costumbre que no podemos aceptar en una sociedad moderna y civilizada. Nuestro objetivo es dar prioridad a los derechos de los niños pequeños. Afortunadamente, se ha prohibido circuncidar a las niñas, ahora es el momento de que los niños consigan la misma protección legal”, dijo Klinge al periódico Dagbladet.
Aunque el Partido del Centro en sí es un socio menor de la coalición rojo-verde del gobierno de Noruega, la política también criticó la decisión del gobierno de consultar a los expertos sobre la posibilidad de introducir la circuncisión en el sistema público de salud, un movimiento que teme que legitime la práctica.
Ella hizo hincapié en que no se opone a la circuncisión en los casos en que fuera considerada una necesidad médica.
“Pero la circuncisión sobre la base de rituales y la religión es realmente acerca de sostener a un niño recién nacido y cortar parte de un órgano sexual sano, con todas las consecuencias que esto podría tener para la salud futura de un individuo y la vida sexual”, dijo Klinge.
Con esto en mente, la realización de una circuncisión por motivos religiosos debe ser un delito penal, agregó.
Jan Helge Solbakk, profesor de ética médica en la Universidad de Oslo, estuvo de acuerdo con la crítica de Klinge de la práctica.
“Representa una operación irreversible en un niño que no está en condiciones de protegerse a sí mismo, y como tal constituye una violación de los derechos humanos básicos”, dijo a Dagbladet.
(visto en The Freethinker)