Su discurso de aceptación fu simplemente magnífico. Aquí está:
Mis queridos amigos,
Ustedes me han honrado esta noche a un nivel que siento que ni siquiera merezco. Cuando leí sobre el trabajo de mis compañeros homenajeados, me sentí humilde.
Y, ciertamente, entre nosotros, yo soy la que tiene mucho que demostrar.
Creo que recibí este premio no tanto por lo que he hecho, sino por la forma en que nací y fui criada. Nací como la hermana más joven de un hombre gay, mi hermano mayor Mike, hija de padres que fueron al mismo tiempo comprensivos y amorosos con la comunidad LGBT.
En mi hogar, ser gay no era ni es gran cosa. Cuando mi hermano salió del clóset nosotros lo abrazamos, le dijimos que lo amábamos, y eso fue todo. Cuando trajo a casa a su primer novio, ahora marido, por un par de semanas una Navidad, el único comentario que mi papá le hizo a mi mamá fue “¡Por favor, trata de no mezclar nuestra ropa interior!“.
No teníamos idea que yo iba a ser reconocida por mi trabajo, y que seríamos etiquetados públicamente como ‘con un estilo de vida familiar alternativa’. Sólo para que conste, no sentimos que realmente haya ninguna alternativa acerca de los valores de nuestra familia.
Así que, por razones semánticas, es que con algunas dudas acepto el premio de la HRC de Los Ángeles. No me considero simplemente una aliada de la comunidad LGBT. Considero que somos familia. Y por eso, estoy haciendo lo que todos debemos hacer con nuestras familias: los estoy amando, los apoyo, los acepto totalmente como son, como espero que ustedes hagan conmigo, y si alguien, alguna vez, trata de hacerles daño, voy a darles el infierno.
Hay personas que han dicho que estoy siendo valiente, por apoyar abiertamente el matrimonio gay, la adopción gay, básicamente los derechos de los homosexuales, pero con el debido respeto, disiento humildemente. No estoy siendo valiente. Estoy siendo un ser humano decente.
Pero no creo que debería recibir un premio por eso, o por limitarme a afirmar lo que yo creo que es cierto – que el amor es una experiencia humana, no una declaración política, sin embargo, reconozco que lamentablemente vivimos en un mundo donde no todo el mundo se siente de la misma manera. Mi familia y yo ayudaremos a que la buena batalla continúe hasta que el momento tan esperado llegue: cuando nuestros derechos sean iguales, y cuando los límites políticos sobre el amor hayan sido destrozados.
Este premio no representa, de ninguna manera, el pináculo de mi relación con la comunidad LGBT, sino que es un rugido triunfal para anunciar que apenas estamos empezando nuestra lucha juntos.
Parafraseando a Ennis Del Mar, que fue encarnada por el inolvidable difunto, el gran Heath Ledger, les juro, HRC, les juro, que no he hecho lo suficiente para merecer este premio, pero no se preocupen, lo mejor está aún por venir. Gracias. Muchas gracias, desde el fondo de mi corazón. Los amo a todos. Bésense los unos con los otros.
(visto en Skeptic Money)