Las leyes antidiscriminación se han vuelto la excusa perfecta para que vuelvan a existir en el país los delitos del pensamiento. Y ya tenemos al primer guardián del “pensamiento correcto” – Felipe Zuleta Lleras. Resulta que el columnista se queja de este país en el que todo va mal (olvidando convenientemente que desde hace unas semanas emprendió una cruzada jurídica contra el superintendente de Industria y Comercio por hacer su trabajo).
En su diatriba promete acciones legales contra el homófobo monseñor Córdoba:
Monseñor Córdoba arremete en contra de los homosexuales montándose en las declaraciones del directivo de Fedefútbol Sr. González, que los llamó enfermos. Este ya tiene denuncia penal y audiencia de conciliación en los próximos días, en donde el abogado Felipe Montoya no cederá ni un centímetro.
Ya en los próximas días presentaré la denuncia penal en contra del pomposo prelado por violar el estatuto anti discriminación, con el agravante para él que lo hizo por los medios de comunicación.
A ver: por supuesto que rechazo todo lo que el socerdote Córdoba tenga que decir. Me parece que sus declaraciones lo que pretenden es perpetuar la homofobia y la discriminación, y que se aprovecha de su cargo y el acceso que tiene a los medios para promover su agenda del odio – eso que llaman amor cristiano.
Sin embargo defiendo su derecho a decir cuanta estupidez le ordene su amo mental, ese protector de pederastas que es Benedicto XVI, que vomite.
Si hay algo tan fascista como la discriminación del diferente, eso es la censura, que es precisamente lo que viene ocurriendo en este país, dura realidad que conoció el diputado Rodrigo Mesa de primera mano.
Aunque por supuesto, para Felipe Zuleta Lleras no existe otra forma de resolver los problemas sino desgastando inútilmente el órgano de justicia del país, pidiendo cárcel para todos los que hacen algo que no le gusta.
