La insensatez anti-transgénica se difunde tan rápido como la velocidad de la luz. Esta es la nueva teoría de la conspiración y está dirigida contra todo un campo científico que podría ayudar a paliar el hambre en el mundo.
Son muchas las personas que prefieren mantener la miseria. Y muchas más son seguidores. Por ejemplo, en la edición de mayo de la revista de Oprah Winfrey, una columnista puso su analfabetismo ecológico al descubierto en una nauseabunda columna anti-transgénica.
Esta es una carta que Tim Burrack le envía a Oprah como respuesta a dicha columna:
Estimada Oprah,
Ven a mi granja. Visita la tierra que yo he trabajado desde que era un niño. Ve este lugar, para que nunca más dejes que artículos erróneos en agricultura empañen las páginas de tu revista o los pixeles en tu sitio web.
Si aceptas esta invitación a observar de primera mano cómo un granjero de Iowa produce alimentos saludables de una manera económica y ambientalmente sostenible, vas a realizar un importante servicio a tus lectores y espectadores – porque en este momento, están recibiendo una muy equivocada impresión acerca de lo que cultivamos y lo que todo el mundo come.
En la edición de mayo de O: The Oprah Magazine, la escritora Rachel Mount discute los alimentos genéticamente modificados. Ella hace una pregunta razonable: “¿Qué impacto tienen los alimentos transgénicos sobre nuestra salud?” Pero su respuesta -“nadie sabe realmente”- es absurda.
¿Nadie sabe realmente?
Eso no es lo que un número de organizaciones a nivel mundial respetadas dicen: La American Dietetic Association, la American Medical Association, el Consejo de Investigación de las Academias Nacionales de Ciencias y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación están de acuerdo en que los alimentos genéticamente modificados son inocuos y nutritivos.
Sin embargo, Mount no mira a ninguna de estas autoridades. En cambio, ella va directamente a los entrometidos anti-transgénicos que han hecho de su profesión protestar por la agricultura americana dominante. Una fuente compara los cultivos transgénicos al DDT y un sinnúmero de otros productos químicos “dañinos”. Otro sugiere que no sabremos por otros 30 años lo que la ciencia tiene que decir acerca de los alimentos con ingredientes modificados genéticamente.
Eso es una tontería en zancos. Es como decir que no debemos calentar nuestra comida con radiación electromagnética, porque no podemos estar seguros acerca de los efectos sobre la salud a largo plazo de los hornos de microondas. Muchos de nosotros no crecimos con estas herramientas en nuestras cocinas, pero no son exactamente una tecnología no probada.
Tampoco lo son los cultivos transgénicos. Los hemos estado cultivando durante casi una generación, en todo el mundo. Los agricultores han cosechado miles de millones de acres de ellos. La gente ha comido billones de porciones de alimentos derivados de estas fuentes. A pesar de que no hayan causado un solo problema de salud en ningún lugar, Mount alude oscuramente a “la posibilidad de crear alergenos completamente nuevos”.
Si ella va a decir eso, también debería informar a sus lectores que ningún científico ha demostrado nunca que los alimentos modificados genéticamente hayan hecho siquiera estornudar a nadie.
Mount afirma incluso que un estudio muestra que los hámsters pierden su capacidad reproductiva cuando se les alimenta con una dieta de soya transgénica. Esto es ciencia basura: docenas de otros estudios con animales contradicen este hallazgo y demuestran que es seguro comer alimentos biotecnológicos.
Pero no empecé esta nota con la intención de emitir una refutación punto por punto de un artículo deliberadamente ignorante. Reconozco que tú no editas todo lo que va en tu revista.
En cambio, quiero invitarte a mi finca.
Si vienes, verás por qué los cultivos transgénicos tienen tanto sentido. Los agricultores pueden cultivar más alimentos que nunca antes – más alimentos en menos tierra, en comparación con sólo hace unos pocos años. Esto es bueno para el medio ambiente. Debido a que las plantas modificadas genéticamente tienen una resistencia incorporada a los insectos y a las malas hierbas, estamos utilizando un menor número de aerosoles químicos. Esto es bueno para todos.
Como resultado, nuestra comida es abundante, económica y nutritiva. Sin embargo, incluso en los Estados Unidos nosotros seguimos luchando con tener que alimentar a todo el mundo. Más de 16 millones de niños estadounidenses sufren de inseguridad alimentaria, según el Departamento de Agricultura.
Ante esta dura realidad, ¿tiene sentido demonizar los cultivos transgénicos? En su ausencia, los alimentos se vuelven menos disponibles y más caros.
En mi granja, verías estas realidades con tus propios ojos. O podrías visitar las fincas de varios amigos. En Hawai, Ken Kamiya te puede mostrar cómo la biotecnología salvó la industria de la papaya de un virus mortal. En Filipinas, Rosalie Ellasus puede describir cómo los cultivos transgénicos le ayudaron a poner tres hijos en la universidad después de que ella quedara viuda. En Kenia, Gilbert Bor puede discutir por qué piensa que la biotecnología es tan importante para alimentar a los pueblos de África.
Y si no tienes tiempo de visitarnos, ¿podrías enviarle una nota a Rachel Mount? Si ella escribe sobre alimentos modificados genéticamente en el futuro, debería darnos una llamada.
(visto en GMO Pundit)
