También tenemos la Casa Externadista. De ella siempre nos dijeron que el precio de los platos era exorbitante, que sólo se podía ir a almorzar allá previa reserva y que no se permitía la entrada de nadie que estuviera en tenis y jeans. Nunca había ido, sin embargo, la oportunidad se me presentó este lunes 14 de mayo, cuando Luz Amalia Camacho, la decana de la facultad de Comunicación Social, nos invitó a los representantes de todos los semestres a despedir el Consejo Estudiantil del Programa.
Ese lugar tan ajeno e incógnito para los estudiantes, de repente dejó de serlo para mí. Para disfrutar del ajiaco santafereño y las brevas con arequipe que nos ofrecieron, no fue necesario recurrir a ningún código de etiqueta. Jeans y tenis estuvieron a la orden del día. De paso aproveché para tomar algunas imágenes y permitir que lo que durante muchos semestres fue un misterio para mí, sea más accesible a los demás: