¿Recuerdan a la fanática homófoba de Clara Sandoval?
Bueno, pues ella ha aprovechado su elección como concejal para promover la agenda cristiana. De hecho, parece que es para lo único que se lanza – para sustituir la democracia de la ciudad por una teocracia cristiana.
Por eso no me extrañó enterarme que es gracias a ella que el Distrito desperdicia millones de pesos promoviendo la música cristiana en el Bogotá Gospel:
Pragmáticamente hablando, el Gospel es una herramienta de persuasión, que hace uso del arte y la cultura para convencer al escucha que hay un Dios que anuncia las buenas nuevas. Partiendo de ahí, el Gospel es una expresión de naturaleza religiosa, principalmente fundamentado en la filosofía judeocristiana. En ese contexto, la institucionalización de Gospel al Parque, choca de frente con el artículo 13 de nuestra constitución que promete que “El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados.”. En este caso, ocurrió lo contrario, los cristianos (católicos, evangélicos y demás) son mayoría, y ahora tienen su propio festival patrocinado por el distrito: Se ha adoptado una medida para favorecer a una mayoría, entonces, la igualdad no ha sido efectiva.
El Gospel traduce literalmente “Llamado de Dios”, es un modo de evangelización, de forma existe un mensaje de paz y amor, pero de fondo la premisa es “o me sigues, o te mueres”, porque el evangelio reza que todos lo que no hagan caso de Dios, serán destruidos en el juicio final, eso hace que en ultimas sea una forma de intimidación presentada de manera atractiva. Dicha aproximación al bienestar, en realidad sesga a la persona de opciones frente a la vida, porque o es Dios…o nada.
Una filosofía de ese tipo no debería tener el patrocinio de ninguna instancia del estado.
Ahora que el alcalde Gustavo Petro parece tener los pantalones bien puestos, no está de más pedirle que cancele el Bogotá Gospel como parte del Festival de Verano, promovido de manera leonina por la alegre e inescrupulosa asociación entre la dichosa Clara Sandoval y la putrefacta administración de Samuel Moreno a través del Proyecto de de Acuerdo # 516 del 2008.
