Hay personas, delirantes, que creen que decirle a un niño que dios no existe es de alguna forma ofensivo con ellos. Pero resulta que es al revés: quienes los atemorizan con que tienen que amar a alguien que de lo contrario los enviará al Infierno (o sea, tienen que amar a quien, además, deben temer) son los que torturan mental y emocionalmente a los menores.
Sin embargo, la gran mayoría de las personas le habla a los niños de la existencia de dios (de su dios) como si fuera lo más normal del mundo. Para la muestra, las primeras cuatro preguntas de cómo ven los niños a sus mamás parten de la hipótesis de dios:
A.- ¿Por qué hizo Dios a las Madres?
[…]
B) ¿Cómo hizo Dios a las Madres?
[…]
C) ¿Qué ingredientes usó?
[…]
D) ¿Por qué Dios te dio a tu mamá en vez de otra mamá?
Es lamentable que se pervierta las mentes de esos pequeños con absurdos cuentos de hadas que se perpetúan en el imaginario colectivo mediante la inculcación del temor en los individuos cuando aún están muy jóvenes como para pensar por sí mismos. ¡Esto es maltrato infantil!