Como si Colombia no tuviera suficientes promotores de la discriminación, el odio, los prejuicios, las mentiras y la hipocresía, estamos en riesgo de ser visitados por uno de los más nocivos y repugnantes personajes que encarna todo esto en carne propia.
El mismísimo Benedicto XVI, patrón de los pederastas, desea venir a Colombia:
El Papa Benedicto XVI “espera” cumplir su “deseo” de visitar Colombia, según dijo este miércoles al embajador de ese país ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, a quien saludó durante la audiencia pública en la plaza de San Pedro del Vaticano.
“Es un deseo que espero cumplir. Acompaño con mis oraciones a los colombianos que más sufren”, manifestó el pontífice al embajador, cuando este le reiteró la invitación del pueblo colombiano para que viaje al país suramericano, según informó Velásquez.
Y viene precisamente a esparcir su retrógado punto de vista, generador de miseria:
“El Sumo Pontífice destacó esta iniciativa y manifestó que es importante defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y la dignidad de la familia como núcleo de la sociedad conformado por hombre, mujer e hijos”, agregó el embajador.
O sea, el impresentable ese vendría a defender la imposición de que las mujeres no puedan decidir sobre su cuerpo, el obligar a que las personas que padecen dolorosas enfermedades sufran hasta el final de su vida y la homofobia, en la forma de oponerse a que las parejas gays tengan los mismos derechos que el matrimonio homosexual y a oponerse a la adopción homoparental.
¡Qué asco de personaje! Por cierto, César Mauricio Velásquez parece que está en el lugar equivocado, al fin y al cabo se comporta como si fuera embajador del Vaticano frente a Colombia y no al contrario.