La falta de ética de la pseudociencia naturista no conoce límites. No felices con poner en peligro la vida humana (por activa y por pasiva) e incentivar la caza indiscriminada de animales en vías de extención, ahora resulta que también han renunciado a cualquier estándar a la hora de hacer sus preparados.
Básicamente, cualquier cosa que sirva para ocupar espacio en una pastilla es útil a la hora de hacer los fraudulentos productos:
Las píldoras están hechas a base de polvo de carne de fetos y bebés muertos según el análisis de las autoridades sanitarias que incautaron las pastillas en Corea del Sur y que provenían de China.
Estos elementos eran vendidos en negocios de medicinas naturistas pues en China se cree que estos ingredientes curan enfermedades.
Además de la carne en polvo, también se encontraron peligrosas bacterias en las pastillas incautadas.
Dirán lo que quieran de las farmacéuticas, pero al menos lo de ellos funciona y ellos no ocultan ni sus intereses, ni los ingredientes que utilizan, ni se disfrazan con el aura del altruísmo.