Mónica Roa ha sido la valiente abogada que ganó la demanda de inconstitucionalidad que le abrió la puerta a la despenalización del aborto en tres casos. Sobra decir que no es la persona favorita de los autodenominados provida (que en realidad son antielección).
Mañana se cumplen seis años de esa gloriosa (aunque incompleta) sentencia, la C-355/06, y coincidencialmente hoy hubo un atentado contra la oficina de Mónica:
Durante una reunión en su oficina, Mónica Roa escuchó unos ruidos y de repente vidrios cayeron sobre su cabeza. Entonces se fue la luz. Roa, directora para Latinoamerica de la ONG Women’s Link Worlwide, salió a la calle y se dio cuenta que la suya era la única vivienda sin luz en todo el barrio. Sus escoltas llamaron a los policías del CAI y éstos, después de revisar la escena, confirmaron que a la edificación le habían disparado con pistolas de balines accionadas a gas y que por su poder alcanzaron a vulnerar el blindaje de la oficina de Roa, aunque no causaron mayores daños.
Yo apostaría a que los criptofascistas “defensores de la vida” ponen en perspectiva su postura cuando se trata de la vida de alguien como Mónica, que ha defendido valientemente el derecho a elegir por encima de toda la ignorancia sobre la más básica biología que las estúpidas supersticiones han esparcido con la excusa de dizque “respetar la vida”… principio rector que claramente están dispuestos a pasarse por la faja si alguien consigue que sus prejuicios sean expulsados parcialmente del ordenamiento jurídico.