Aquí los transgénicos reciben mayor cubrimiento y mejor prensa que otros campos científicos porque hay muchos, pero muchísimos esfuerzos por atacarlos simplemente porque sí. (Ver el post anterior)
Veamos la innovación en ese maravilloso mundo:
- En India se ponen las pilas: líderes de la industria piden autorización de vía rápida de los cultivos transgénicos actualmente atascados en el limbo regulatorio. Una coalición de la industria el 27 de febrero emitió la “Declaración de Bangalore”, instando al gobierno indio para levantar la moratoria de dos años en el el brinjal Bacillus thuringiensis (BT) o berenjena (Nat. Biotechnol. 28, 296, 2010) y establecer la Autoridad Reguladora de Biotecnología de la India (BRAI) como una única autoridad nacional regulatoria para la aprobación de cultivos modificados genéticamente (transgénicos).
- Les presento Oxitec, pionera en la industria de transgénicos amarillos: Oxitec es pionera en el control de insectos que transmiten enfermedades y dañan los cultivos. A través de ciencia de clase mundial estamos poniendo nuestra parte para hacer frente a los desafíos globales más importantes de mantener a la gente sana e incrementar la producción alimentaria. Y lo estamos haciendo de una manera que sea sostenible, respetuosa del medio ambiente y rentable.
- Keith Kloor anota que en este momento, cuando el calentamiento global es más apremiante, es cuando más ridícula es la postura antitransgénica, después de que han pasado 25 años desde que fue modificado genéticamente por primera vez un organismo y esta es la hora en que no conocemos nuevos riesgos que no conociéramos entonces y en este cuarto de siglo no ha habido ninguna de las catástrofes que estos enemigos del progreso se la pasan anunciando. Oponerse a una tecnología que puede alimentar a las personas y a la vez proteger el planeta es idiota.
- Al parecer, la propaganda antitransgénica está teniendo cierta efectividad en Australia y las campañas equivocadas en medios mal informados sólo actúan de forma innecesaria para inducir a error a los consumidores y trabajar en contra de los intereses de la agricultura australiana.
- Una vez más, los antitransgénicos han recurrido al argumento de la violencia. Porque quemar pinos genéticamente modificados y años de trabajo científico en Rotorua, Nueva Zelanda, prueba lo malos, malosos que son los cultivos transgénicos. Así consiguieron deshacerse de las brujas durante la Edad Media. Los daños fueron de cerca de 400 mil dólares. ¡Vean lo convencido que estoy! Ahh, no, es al contrario: en este “debate” los delincuentes se encuentran del lado anticientífico. ¡Qué curioso!
- Miren, canola barata: en vista de que Europa le cerró la puerta a los cultivos transgénicos, los compradores mundiales de granos están rebajando el precio de la canola genéticamente modificada de Australia.
