Creo que si hay algo peor que lo impresentable de ese intento de capataz que es Uribe es el cinismo de Santos.
Su postura frente a la prohibición de las drogas es muy… Santos: asquerosamente ambigua y siempre tratando de quedar bien con todos. Lo único peor que tener un Presidente intransigente es tener uno indeciso. Y esa indecisión de Santos lo lleva a decir muchas burradas:
“Llevamos mucho tiempo hablando y haciendo poco…lo que tenemos no es lo mejor y debemos buscar alternativas menos costosas y más efectivas. Y sino las hay, pues sigamos con lo que tenemos”, agregó.
¿Hablando y haciendo poco? ¿Eso es lo que Santos cree que hemos hecho, hablar y cruzarnos de brazos?
Y ¿en cuál de esas categorías es que él ubica los miles de muertos por año que deja la “guerra contra las drogas”, que hace que estas se vuelvan altamente lucrativas y un negocio como ningún otro?
¿Será que el hecho de facilitarle a los terroristas de las Farc un motivo sinónimo de lucro para seguir existiendo hace parte del hablar o del hacer poco? Porque tal como yo lo veo, se ha hablado muy poco y se ha hecho mucho y muy mal.
Para Santos, ¿en dónde se ubica el hecho de que los estados se crean con la autoridad de decirle a sus ciudadanos cómo deben vivir sus vidas y qué pueden y no pueden hacer libremente con sus cuerpos? ¿Será eso hablar mucho o hacer poco? Porque eso suena precisamente al contrario: hacer mucho (pretender que ningún ciudadano del mundo consuma drogas) y hablar poco (¿a quién le pidieron autorización para prohibirme a mí hacer con mi cuerpo lo que me da la gana?).