El programa Australian Story de la cadena ABC presentó a mediados del año pasado el caso de Penélope Dingle.
Su trágica muerte se debió, cómo no, a que rechazó la verdadera medicina para tratar el cáncer y decidió, en cambio, decidió tomar el agua azucarada más cara del mundo:
Esta noche, la historia de Penelope Dingle y una trágica muerte prematura que repercutió en las personas más cercanas a ella de manera impredecible. La señora Dingle era una exmodelo y actriz casada con un gurú de la TV. A la edad de 43 años se le diagnosticó un cáncer común, sin embargo, en circunstancias desconcertantes le dio la espalda a la medicina convencional, con consecuencias de gran envergadura para casi todos los involucrados.
Y la cosa no terminó ahí. Estos charlatanes salieron a defender su estafa:
El Registro Australiano de Homeópatas dice que sus investigaciones sobre el tratamiento de Penélope Dingle “continúan”.
¡No hay derecho!
No es que yo disfrute recordando que no existe ninguna evidencia favorable para la homeopatía. Lo que pasa es que tratamientos que no tienen evidencias con qué respaldar sus afirmaciones ¡¡¡cuestan vidas!!!
(visto en GMO Pundit)