Ya tenemos suficientes guionistas cristianos, promoviendo su superstición en las grandes pantallas para que los cineastas ateos también se pongan en esa tónica. Por eso sigo sin comprender muy bien por qué James Cameron (que se dice ateo) hizo ese penoso pseudodocuemtnal de El Éxodo Decodificado.
Pues cuál no sería mi shock cuando vi que el otro cineasta ateo reconocido en Hollywood, Darren Aronofsky, iba a hacer una película sobre el Arca de Noé, con Russell Crowe. Pues me quedé con los ojos a cuadros. No faltaba más. Menos mal, Aronofsky ha hecho una aclaración importante:
“[Noé fue el] primer ambientalista. [La] primera persona en plantar viñedos, beber vino y emborracharse. Me quedé de piedra volviendo y dándome cuenta de lo sucias que son algunas de las historias [de la Biblia]. No son para un público general en modo alguno. Son todas de dormir con la hermana de tu hermano que te da un niño que no conoces. Ese tipo de cosas fueron censuradas de nuestra educación religiosa”.
Ahh, eso lo cambia todo.
No se trata de recrear la típica historia para niños que hacen el pesebre, sino poner de manifiesto lo enfermas que estaban las mentes que se idearon todo el asunto de meter todos los animales en un barquito.
Debo admitir que la narrativa kafkiana de Aronofsky no es muy de mi agrado. Me iba durmiendo mientras veía Pi y creo que nunca volveré a ver el Cisne Negro; con una vez fue suficiente. Y para mi vergüenza nunca he visto Réquiem por un sueño.
A lo mejor la vea, y si sobrevivo, decida ver la de Noé.
(visto en Skeptic Money)