El jueves 22 de marzo es el día del agua. Hay muchas formas de celebrarlo y darle al agua la importancia que se merece. Estudiar e informarse sobre la contaminación, ver qué avances científicos se han hecho para descontaminar el agua, hacer alguna donación a una organización científica que lleve a cabo estudios al respecto…
Hay, sin embargo, un evento que no servirá para nada – cantar por el agua:
El próximo 22 de Marzo, únete a cientos de personas que estarán cantando desde el corazón para sanar las aguas del planeta en el Día Mundial del Agua.
“El agua es la conciencia colectiva que contiene todas las memorias, desde el principio de los tiempos”
Carl Jung
Hay algo obscenamente perturbador en la elección de palabras. Delata una intención buenrollista, de esas de “cojámonos de las manos y dancemos por la paz“, que creen estar haciendo algo para ayudar y les trae sin cuidado si no es así.
Es un poco de hacer sentir bien a las personas a las que engañan. Y ése es el problema: están vendiéndole soluciones (que no funcionan) a las personas que se sienten mal por tener una buena calidad de vida. Es la explotación de la culpa.
Y si hay algo que me puede molestar más de todo esto es la falta de escrúpulos con la que presentan la información:
Un simple experimento realizado por profesores e investigadores en el prestigioso Instituto Aeroespacial de la Universidad De Stuttgart en Alemania, confirman la afirmación de que el agua guarda una huella energética de aquello a lo cual ha sido expuesto hecha por el Dr. Jacques Beneviste en 1988. Estos experimentos de alguna manera explican como la homeopatía opera, ya que comprueban que el agua absorbe información a donde quiera que vaya.
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Hace algunos años el Doctor Masaru Emoto, quien ha venido a Colombia en varias oportunidades, demostró con su libro “Mensajes de Agua” cómo nuestras palabras, pensamientos y emociones, tienen un efecto directo en la estructura molecular del agua.
Los patrocinadores del evento, sagazmente, han ocultado la información de que tanto lo que dice Benveniste (por cierto, así es como se escribe) como lo de Emoto se ha refutado. Mejor dicho, es como si nunca hubieran hecho ningún descubrimiento (y así es: ¡nunca hicieron ningún descubrimiento!):
El profesor Benveniste era un científico bastante importante, publicó 230 artículos científicos, algunos de ellos muy relevantes en su campo y se postuló como firme candidato al premio Nobel. Sin duda él es el principal argumento de los pro-memoria.
La cuestión relevante es que este científico hizo un experimento que al parecer probaba la memoria del agua. Como el resultado era (y lo sería hoy en día) extremadamente relevante lo envió a la revista Nature, donde después de algunas comprobaciones fue publicado. Sin embargo la comunidad científica aceptó este resultado muy escépticamente y se solicitó una investigación posterior. ¿Cuál fue el resultado? Negativo, el experimento no prueba la memoria del agua. Para tener más información al respecto se puede ver el documental “El Gran Fraude de la Homeopatía“. Esto demuestra que el método científico no se basa en quien lo diga ni en publicar un artículo, principalmente se basa en la repetición, si su experimento fuera correcto se podría repetir y probar en otros laboratorios. Demuestra también que no hay conspiraciones científico-mundiales ya que Nature publicó el artículo y otros científicos se ofrecieron para repetir el experimento, la realidad es como es y eso no se cambia con conspiraciones ni nada por el estilo.
Realmente si alguien cree que puede hacer un experimento de estas condiciones que demuestre la memoria del agua y que sea repetible adelante. No me cabe la menor duda de que el que demuestre esto obtendrá como mínimo un premio Nobel, aparte también hay un premio de un millón de dólares esperando.
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El otro nombre que sale continuamente si buscas este tipo de cosas es Masaru Emoto. Este autor japonés afirma que el agua sometida a una música, o que tiene palabras escritas en su botella o cuestiones similares es diferente al resto y de ahí saca su dogma
El pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua y ésta cambia a mejor absolutamente. Si el agua lo hace, nosotros que somos 70-80% agua deberíamos comportarnos igual. Debería Vd. aplicar mi teoría a su vida para mejorarla.
Dejando de lado las cuestiones psicológicas lo que a mi me interesa es el experimento, algo medible y contrastable al respecto. Este experimento es sencillo, ponen diferentes botellas de agua con diferentes circunstancias (palabras, música y demás) en un congelador y esperan a que se formen los primeros cristales de hielo, entonces empiezan a fotografiarlos y ven si son bonitos o no. Parece sencillo, entonces ¿hay alguna pega? Obviamente sí. No todas las fotos salen como uno desearía, así que toman unas 24 para el agua “buena” y “16” para el agua “mala”, luego seleccionan las que consideran relevantes. Esto es un procedimiento de mala ciencia llamado “postselección”, hago muchas veces el experimento y luego me quedo con los resultados que den la razón a mi hipótesis. Aparte nadie entiende porqué a un agua se le hacen más fotos que a la otra.
El agua no se puede sanar a través del canto, así como la homeopatía no funciona y el agua no tiene memoria (¡aleluya por eso! ¡o si no estaríamos bebiendo una impresionante cantidad de heces cada vez que nos tomamos un vaso de agua!).
Es aquí cuando la desinformación y la ignorancia pasan de ser potencialmente peligrosas a realmente peligrosas. Se le está diciendo a las personas que el agua puede ser curada (como si tuviera vida), que la contaminación responde a las notas sonoras y eso simplemente no es cierto.
Es acá en donde se destruye la creencia de que hacer algo con buena intención y creyendo que es bueno, hace que automáticamente sea bueno. Yo sería el primero en alegrarse si hubiera soluciones mágicas, a lo Disney, pero no las hay. La forma de arreglar las cosas es estudiando, informándose lo mejor que se puede sobre el asunto.
Si quieren descontaminar el Río Bogotá, me parece maravilloso. La mejor manera de hacerlo es involucrarse, averiguar, preguntarse por qué la administración de Samuel Moreno rechazó los mejores proyectos presentados al respecto, exigirle a los gobiernos Distrital y Nacional que se tome el camino que indique la ciencia, evidencia (real) en mano. ¡Eso es hacer algo!
Pero la iniciativa de “cantar por el agua” sólo es una que lava consciencias y aleja a las personas de la verdadera contribución que pueden hacer, diciéndoles que ya han puesto su granito de arena.
Por cierto, a muchos no les extrañará encontrar que esta iniciativa también es promovida por esa charlatana del TEDxBogotá que responde al nombre de Catalina Salguero.