Esto llamará la atención de los multicultis.
Resulta que el malo, malvado Occidente ha montado una persecusión criminal contra Ibrahim Siddiq-Conlon, un pobre musulmán, bueno, buenito, que se enfrenta a las injustas y libertinas leyes australianas, tan osadas y desagradables que fueron hechas sin consultarlo con él para que no atentaran contra la libre práctica de su cultura.
Así que ahora está siendo acusado por las autoridades australianas:
Un converso al islam radical ha aparecido en una corte de Sydney bajo la acusación de posesión de pornografía infantil y de hacer una falsa amenaza terrorista en contra del Mardi Gras de Gays y Lesbianas de la ciudad.
También los medios están en esta conspiración. ¿Cómo se atreven a sugerir que hay un islam radical? ¿Que ya nadie puede golpear a sus esposas, violar a sus sobrinas (y filmarlo), y asesinar infieles en paz, sin ser tildado de “radical”?
Occidente, siempre causando estragos en la calidad de vida de minorías históricamente discriminadas, como los hombres y los líderes religiosos.
(Visto en The Freethinker)