Hoy, el Externado de Colombia, es ausencia. Se ha ido para siempre su principal fuente de energía, tras 60 años de entrega total. Hay silencio y pesadumbre en los pasillos, en las aulas y en los jardines.
La comunidad universitaria -alumnos, profesores, ex alumnos, funcionarios- echamos de menos al promotor del derecho como el “arte de resolver pacífica y justamente los conflictos”, tal como él mismo lo definió; al impulsor permanente de la concordia dentro de la diferencia; al maestro que invitó a sus alumnos a ser libres, a ser ellos mismos, a no tragar entero, el que exaltó el esfuerzo personal y el mérito individual como las llaves del éxito; al ciudadano enamorado de su patria, confiado en el triunfo de la civilización al final de la jornada; al trabajador de la equidad, la igualdad y la justicia; al hombre tierno y sensible, proclive al impacto de la belleza en todas sus formas; al líder sabio y prudente, que exaltó los valores de la honestidad y la rectitud.
Huérfanos y acongojados, le decimos adiós y gracias. Su herencia está en nuestras manos, trabajemos para conservarla.
Blog // Hoy estamos de luto