No es que quepa esperar nada distinto de un fanático religioso que mentiras, que es todo lo que sale de la boca de ese aborto de la Inquisición que es el procurador Alejandro Ordóñez.
Lo peor es que le mienta a los niños como lo hizo en Bogotá y luego fue a hacer a Valle del Cauca:
Ante más de 500 chiquillos de colegios de Cali y Cartago, el Procurador General de la Nación Alejandro Ordoñez presentó en la capital del Valle, la campaña ‘A lo bien, la Procuraduría te respalda’.
Se trata de la segunda fase de esta iniciativa de comunicación, dirigida a los estudiantes colombianos, que busca conocer las funciones de la Procuraduría y a partir de ello, conocer sus derechos a través de la lúdica.
Como si fuera un salón de clase, el Procurador descendió de la tarima del Teatro Jorge Isaacs e intercambió opiniones con los estudiantes sobre qué era el ente de control, su creación y hasta su creador.
“Venimos para decirles que aquí estamos. Que pueden contar con nosotros, que estamos pa-ra prevenir, disciplinar y proceder cuando sea necesario”, dijo el Procurador, a los escola-res a quienes muy pedagógico les dio una pequeña clase sobre el funcionamiento de la enti-dad, así como de los derechos y deberes como estudiantes y miembros de una familia.
Esta ‘explicación‘, por supuesto, omitiría que la Procuraduría tiene la función de investigar y sancionar (y destituir) a los funcionarios que en ejercicio de su cargo y/o con dineros públicos promuevan cualquier creencia religiosa, ya que es una violación de la Constitución, que deben ser defendida la Procuraduría.
Y supongo que ese ‘apoyo‘ ofrecido, se acaba cuando un notario o un juez se niegan a casar o divorciar a alguien por motivos religiosos, o cuando un médico en la nómina del Estado se niega a practicar un aborto, al igual que no ayuda a que se tramite debidamente la apostasía y no le importan las dilaciones procesales de sus asquerosos amos mentales, los socerdotes católicos.
Pues vaya explicación tan propia de Ordóñez, llena de mentiras. Ese tipo debería tener una orden judicial de alejarse de cualquier menor de edad.