La pésima idea del gobierno de siquiera vislumbrar una posible y remota negociación con las Farc no sólo tiene envalentonados a intelectuales de copa y sofá a hacer ridículas propuestas, sino que también le sube la moral a los grupos terroristas.
Les lleva a creer que sus mentiras están recubiertas de credibilidad y en ese marco, no es de extrañar que ahora el ELN se ponga también a hacer exigencias estúpidas, en particular el frente Domingo Laín Sáenz:
En la comunicación, el grupo guerrillero dice que en la actualidad adelanta una confrontación político militar contra la infraestructura petrolera, las empresas multinacionales, subsidiarias y contratistas.
Además, reconoce que adelanta secuestros que denomina “retenciones políticas de funcionarios, empleados y trabajadores de empresas de la industria petrolera”.
El Domingo Laín Sáenz manifiesta su disposición de cambiar su agresión previo trato con el gobierno y plantea siete puntos de compromiso.
Entre ellos se destacan sustraer planes minero energéticos de territorios de reserva indígena y parques naturales, indemnización de daños ambientales y sociales por actividad petrolera, eliminación de peajes en todas las vías del país, que las regalías vuelvan a ser del 20 por ciento y que vuelvan los porcentajes a municipios y departamentos.
¡Están tarados! Es su obligación acabar con todas las agresiones.
Un gobierno legítimo y democrático no debería ceder ante ninguna amenaza, porque así no funciona la democracia, sino mediante el debate y aceptando que a veces se pierde.