Desde que el chiflado de Terry Jones planteó la idea de quemar coranes, he defendido totalmente su libertad para hacerlo, a pesar de que me parece una estupidez – quemar libros es un acto barbárico. Pero todo el mundo tiene el derecho a ser estúpido y bárbaro.
Sin embargo, el derecho que no se tiene es a no ser ofendido. Pero la pusilánime y cobarde Casa Blanca dirigida por el conservador enclosetado de Barack Obama piensa al contrario. Si una libertad puede generar ofensas y amenazas, entonces va amputando esa libertad.
Y lo acaba de hacer con la gente de su ejército:
El secretario de Defensa estadounidense, León Panetta, presentó el martes sus “excusas” al pueblo afgano después de que se hiciera público que soldados de Estados Unidos quemaron ejemplares del Corán en la base de Balgram, y dijo condenar “firmemente” los hechos.
“Esta mañana, el comandante en jefe de la Fuerza Internacional para Afganistán de la OTAN (ISAF), el general estadounidense John Allen, me informó del muy desafortunado incidente que tuvo lugar en la base de Bagram y que desembocó en el tratamiento inadecuado de objetos religiosos, entre los que había ejemplares del Corán”, escribió el jefe del Pentágono en un comunicado.
No sé por qué me siento en el mundo al revés cuando me toca explicarle a los gringos cómo funciona la propiedad privada. A ver: si yo con mi dinero, compro combustible, briquet y cualquier objeto religioso y le prendo fuego en mi casa, es mi puñetero problema y de nadie más.
Presentar disculpas por un hecho así y en esos términos es reconocer que la religión está por encima de la crítica, de la burla y del desprecio y que en su nombre se puede hacer cualquier cosa.
Si de alguna manera se encuentra justificado amenazar en nombre de la religión (cuando esta se siente atacada, situación en la que no resulta particularmente difícil encontrarse envuelto), ¿qué es lo que Barack Obama condena del 11 de septiembre?
Porque claramente se trataba de una religión ejerciendo su privilegio de matoneo, tal como lo está haciendo ahora mismo esa religión en Afganistán.