Como si no fuera suficiente todo lo que está pasando con SOPA y PIPA, las amenazas que se ciernen sobre el libre acceso a la cultura siguen abriéndose paso en el mundo. Principalmente en el ordenamiento jurídico gringo.
Ya no sólo son el gobierno y el Congreso de EEUU quienes trabajan en contra del dominio público. A ellos se ha sumado la Corte Suprema de Justicia:
El Congreso puede tomar libros, composiciones musicales y otras obras de dominio público, donde pueden ser libremente utilizados y adaptados, y concederles condición de copyright una vez más, falló el miércoles la Corte Suprema.
En una decisión 6-2, la Corte dijo que, sólo porque el material entra en el dominio público, no es “un territorio del que las obras no puedan salir” (pdf).
¡Genial! ¿Qué sigue? ¿También nos van a perseguir por tararear canciones?