Bogotá es una ciudad en donde llueve casi todos los días. De hecho ese es el principal motivo por el que se arruinan los planes y por el que no me entusiasma mucho vivir acá (de hecho, en este preciso instante está lloviendo).
Ahora me entero de que desde hace mucho tiempo el Distrito ha contratado a un chamán para evitar que llueva. Pues es la mejor demostración que la superstición es una estafa:
Por servicios técnicos de asesoría’ fue firmado el contrato de prestación de servicios entre Daniel Álvarez Mikey, de la Fundación Teatro Nacional, y el chamán que fue buscado para evitar que lloviera durante la final del Mundial de Fútbol Sub-20, el 20 de agosto del año pasado, y que ha desatado una polémica en Bogotá.
Eso fue el año pasado, pero la directora del Festival de Teatro dice que es una práctica común y corriente:
Ana Marta de Pizarro, la directora del Festival, confirmó en diálogo con La W Radio, que el chamán González sí fue contratado para pedirle que evitara la lluvia durante la ceremonia de Clausura del Mundial Sub 20 en Bogotá.
Efectivamente nosotros no solamente hemos traído a ese chamán para esta oportunidad sino que Fanny Mickey desde el segundo o tercer Festival, fue quien lo empezó a traer y siempre lo hemos traído.
A ver cristianos, así es como nos sentimos cuando se posesiona un jefe de Estado e invoca a dios o cuando se promueve una misa con recursos públicos: es un estupidez como un castillo.
Debo decir que toda la admiración que sentía por Fanny Mickey acaba de ser reducida a una apreciación estética, no distinta a la que pueda sentir Richard Dawkins por la Biblia King James. Decir que todos lo hacen demuestra una completa falta de criterio y que es una persona que se embarca en cualquier tipo de práctica porque lo hacen los demás, sin detenerse a pensar por un momento si es algo delictivo o estúpido.
Y no es que la siguiente justificación sea mejor. Más bien al contrario:
“Es una forma distinta de aproximación a la naturaleza desde las comunidades tradicionales” y desde esa óptica se trabaja con él, sostuvo la directora del Festival.
Pizarro sugirió que no llovió durante el espectáculo porque hay teorías alrededor de sucesos naturales desde las culturas tradicionales.
Supina ignorancia. No hay hipótesis que describan cómo funcionan esos métodos secretos del charlatán, por lo tanto no es falseable y que no haya llovido se debe exclusivamente a fenómenos meteorológicos. A ver, en pocas palabras: le han pagado al tipo porque no haga absolutamente nada, que ningún hombre es capaz por sí solo y a través de la superstición de contravenir las leyes naturales.
Ese contrato es una manifestación de la mente pre-científica y atrasada del país: somos una pobre sociedad bananera que vive en el mundo de Zelda, un mundo feudal de ilusión y sueños en donde cualquiera que diga que hace milagros es creído y contratado en vez de ser sometido a pruebas de verificación empírica de sus afirmaciones.
De hecho, creo que la estupidez acaba de desbancar a la lluvia como primer motivo para querer irme de esta pocilga supersticiosa, teocrática y de pensamiento ilusorio y feudal.
(dato: Zipacón Malkav)
