Pues he de decir que me decepcionó un poco. Lo primero que se encuentra uno es un viacrucis, o sea un recuento de 14 estaciones o momentos de la cruz-y-ficción del zombie judío. Decir que la originalidad brilla por su ausencia es quedarme corto.
Trece de las catorce estaciones son cruces talladas en la mina. Sólo la primera es diferente – aunque tampoco es que sea el colmo de la innovación: un INRI de tamaño humano en bajorrelieve.
Las estaciones vienen con un renglón explicando cada estación (algo que se vuelve necesario y a la vez inútil, siendo que todas son cruces). Esta explicación viene en español y en inglés. Y ni eso lo tienen bien. A la estación en la que Jesús se encuentra con María, la anotación en español señala “Jesús se encuentra con su Santísima Madre”. El intento de traducción que resultó fue “Jesus meets his Holly Mother“.
Después viene la Catedral en sí, que cuenta con pila bautismal, dos parroquias y unas cuantas estatuas angelicales. También hay una especie de clóset con puerta de vidrio en el que están las pintas del cura (y donde no vi ningún monaguillo amarrado). Algo que me sorprendió saber fue que el ex presidente Ernesto Samper fue el que inauguró la construcción. En fin, vean por ustedes mismos, que cuando se trata de violar la Constitución promoviendo la superstición, el Estado colombiano no escatima en nada:
Pero no todo fue malo. Tampoco. Al menos hay un espejo de agua, y hay una especie de árbol tallado con full detalle que sirve de sala de espera a un bonito show de luces (que tengo entendido que es por tiempo limitado). Echen un vistazo (es con sonido):