Acabo de llegar de ver a una amiga en una obra de teatro. La presentación fue en el Jardín Botánico y el espectáculo nos proporcionó un momento agradable y entretenido.
Sin embargo, no pude dejar de notar que la tarima se encontraba al lado de un escenario espantosamente familiar y conocido: un pesebre navideño, en el que ya se notaban el buey y el burro y que contaba con una estrella con luces, encima de donde vendría a ser depositado un niño dios. No puedo decir que me asombrara, pues ya estoy acostumbrado a que las entidades estatales violen la Constitución promoviendo religiones particulares.
Y también encuentro poco sorpresivo que esta organización, cuyo objetivo es despertar el interés por la Ciencia y el conocimiento, esté promocionando supersticiones y afirmaciones extraordinarias que carecen de cualquier cosa que se parezca a evidencia empírica o razonamiento lógico en su favor. Si enlodan el legado de José Celestino Mutis promoviendo creencias religiosas orientales, y durante todo el año promovieron la pseudociencia con festivales naturistas y de yoga, ¿por qué de un día para otro iban a acogerse a lo que dicen la Constitución y el método científico?
No terminaba de salir de la turbación cuando de repente por el altavoz del escenario se escuchó la invitación a seguir yendo todos los días a la novena de aguinaldos y a las actividades culturales. Para asegurarme de que no me estaba tomando muy literalmente la invitación a la novena me acerqué a un empleado y le pregunté si rezaban las novenas todos los días.
Me dijo que sí, todos los días a las seis, algo que pude corroborar en la página web de la institución:
(16 al 23 de diciembre a partir de las 6:00 pm)
Las tradicionales novenas de aguinaldos estarán acompañadas de maravillosas obras de teatro, danza y música
Definitivamente, en particular, esta institución de divulgación científica (o eso dicen) da vergüenza; aún cuando se presten para actividades culturales que cautivan.