La tanatocracia es una síntoma que se expande rápidamente entre los países neoestalinistas. Kim-il Sung en Corea del Norte fue el primer caso pero ciertamente no es el último.
Ahora, ese baboso y cobarde que fue Simón Bolívar también ha conseguido un puesto en el panteón del socialfascismo. Eso es lo que se desprende del mensaje de estos días del dictadorzuelo venezolano Hugo Chávez:
El mandatario venezolano conmemoró el 181 aniversario de la muerte del Libertador Simón Bolívar.
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Durante la ceremonia, en la que leyó apartes de varios libros, Chávez se congratuló por una investigación ordenada por su Gobierno que permitió establecer que los restos que se encuentran en el Panteón Nacional pertenecen a Bolívar.
“Cuarenta años después siento mi alma liberada como hijo de Bolívar, porque sabemos, ahora sin duda de ningún tipo, y para siempre, que estás aquí padre, que estás aquí con nosotros”, afirmó.
Además, hubo todo tipo de aberraciones y disparates, típicos en los gobiernos así, de corte autoritario y represivo. Por ejemplo, no faltó la cantidad adecuada de patético nacionalismo:
Aseguró que “no hay ninguna duda” que se trata de él y relató la madrugada en la que pudo ver junto a sus hijas los restos de Bolívar. “Me pareció un niño, me provocó cargarlo”, confesó Chávez, y dijo que les señaló a sus hijas los huesos de las piernas de Bolívar, con el fémur curvo, según él, “de andar tanto a caballo (…) haciendo patria”.
Tampoco faltó la teoría conspiranóica… contando con los amplios y profundos conocimientos médicos de Chávez:
Reiteró, por otra parte, sus dudas sobre la posibilidad de que Bolívar haya sido asesinado, al leer una misiva escrita por el Libertador tres meses antes de su muerte. “Un hombre que tres meses antes escribía esto, es muy difícil que haya tenido una enfermedad que lo estaba ya matando como la tuberculosis”, opinó.
Quizá lo más trágico de todo este espectáculo patriotero y ridículo, que tuvo que soportar el pueblo venezolano, fue la promoción de la superstición que hizo este aciago y grotesco esperpento que habita en el Palacio de Miraflores:
“La nueva agresión que el imperio yanqui ha desatado con mayor furor y locura este año 2011 nos obliga a nosotros (…) a fortalecer aún más (…) nuestra espiritualidad”, afirmó Chávez durante un acto en el Panteón Nacional de Caracas, donde reposan los restos de Bolívar y otros personajes del país. Pidió redoblar la “fuerza espiritual”, la moral y la “mística bolivariana”.
Claro… porque la forma de demostrarle a los gringos que rechazamos las injusticias que cometen (que para Chávez incluyen librar al pueblo libio del sátrapa de Gadafi) es suprimir nuestras facultades críticas y deshacernos en elogios a Bahcué y Bochica (?). ¡Eso les dolerá! ¡Con eso les mostraremos!