Algo propio de las Banana Republics es que abunda la impunidad.
Colombia, como buen ejemplo de este tipo de republiqueta, está haciendo todos sus esfuerzos para legitimar la impunidad. El Gobierno, el Congreso y la rama Judicial están confabulados para hacer de este vergonzoso país un paraíso de la impunidad.
En primer lugar, ese cretino imitador de Torquemada que es Alejandro Ordóñez y que en vez de proteger los derechos humanos se los ha cargado poniendo en su mira a los no heterosexuales y a las mujeres, fue encontrado inocente en cuatro tutelas. Qué asco una rama judicial pusilánime que no es capaz de condenar injusticias del tamaño de un agujero negro, ni siquiera cuando en el proceso se violan derechos fundamentales.
En segundo lugar viene ese instrumento de impunidad para que los asesinos, secuestradores, torturadores, sembradores de minas antipersona y sicarios de los grupos terroristas no sean juzgados por sus delitos. O sean condenados a menos pena. El dichoso proyecto de Marco legal para la paz (?).
Nadie ha sido capaz de explicarme todavía por qué se siguen haciendo leyes que buscan minimizar lo que los paramilitares y la guerrilla han hecho, todo esto en nombre de que bajen las armas. No se necesita un marco legal para esto. Si no requirieron un marco legal especial para tomar las armas y empezar a delinquir como bellacos, no necesitan un marco legal especial para dejar de hacerlo y acogerse a las leyes, ser condenados por sus delitos y pagar la pena que les corresponde. Además, las leyes son para todos. Legislar con nombre propio es cuando menos discriminador. Y aquí otra pregunta que nadie me ha sabido responder: ¿por qué hacen leyes que favorecen a los delincuentes y no a la población civil? Porque si alguien merece algún tipo de premio consagrado legalmente en este país, somos los no criminales, los que hacemos las cosas al derecho, sin cargarnos ninguna vida, respetando la libertad de los demás y pagando impuestos a pesar de que el país está podrido en corrupción.
Eso por no mencionar que darle premios a los delincuentes que se entregan, crea el problema de que siembre habrá falsos delincuentes “entregándose” para reclamar su premio. En fin, que en este país lo hacemos todo al revés.
Como para que la cosa quede completa, no sólo los terroristas tienen su pase gratis por la cárcel. También los militares que en vez de cumplir su deber y perseguir a esos delincuentes premiados, decidan que es más fácil presentar cadáveres de campesinos inocentes, serán juzgados por militares, ya que en la reforma a la justicia se aprobó el fuero militar. Como dicen por ahí: entre bomberos no se pisan las mangueras.
