Gracias a la invitación de una amiga, fui ayer al concierto de entrada libre que dio Calle 13 en el Parque Simón Bolívar.
Hubo cosas buenas, interesantes y un par de tragedias.
Entre lo interesante debo resaltar a dos niñas que a escasos metros de donde estábamos mi amiga y yo, no dejaron de besarse durante todo el concierto. La química que había entre las dos era algo no normal. Se notaba que se gustaban bastante. ¡Muy bien por ellas!
Aparte de eso, del concierto y las historias que René contó que había detrás de cada canción, no todo salió bien.
Antes de que llegara el grupo y de que los teloneros subieran a tarima, para entretener al público los encargados pusieron dos villancicos: Beben y beben y Con mi burrito sabanero.
Eso no habría sido ningún problema, de no ser porque había menores de edad y los promotores del concierto fueron la Alcaldía Mayor de Bogotá y su Instituto Distrital de Recreación y Deporte.
A pesar de la intención de la alcalde Clara López Obregón de imponer un nuevo record del mayor número de veces que se puede violar la Constitución en tan sólo tres meses de mandato, esto sigue siendo la promoción de una religión particular (o un conjunto de creencias religiosas particulares) por parte de organismos del Estado.
Habría estado bien que pusieran Feliz navidad de Moderatto (que sólo dice “Feliz navidad, próspero año y felicidad”) o incluso alguna de las cuñas radiales de Caracol o RCN, que, curiosamente -a pesar de ser empresas privadas, por lo que no pesa sobre ellos obligación constitucional de no promover ninguna creencia por encima de las otras-, tienen mensajes navideños generales e incluyentes en vez de concentrarse en la porción mayoritaria de sus oyentes que se cree el cuento de la palestina violada por una paloma que dio a luz a un zombie judío. (Creencias, por cierto, que se han caracterizado por condenar, perseguir, rechazar, abusar y discriminar a personas a las que les gustan aquellas de su mismo sexo, como las niñas de la química indescriptible.)
Y ahí no acabaron los errores de los promotores. Ese fue el más grave pero no el único. A mitad de concierto, hubo fallas con la consola de sonido y al grupo le tocó seguir cantando como en los viejos tiempos, sin escucharse, lo que en últimas significó que debieron esforzarse más en la coordinación, algo que consiguieron de maravilla.
Además de la Alcaldía, también hizo presencia la Mesa Amplia Nacional de Estudiantes (MANE), que se ha autodenominado la representante de todos los estudiantes en el país. Lamentablemente Residente y Visitante han sido engañados por este grupo -al igual que todos sus seguidores- mediante mentiras y distorsiones de la realidad.
Por ejemplo, tras mandarles un efusivo saludo, René empezó a cantar la canción Bala, en rechazo de que se mate a los demás, lo cuál resultó un poco irónico ya que la MANE fue incapaz de pronunciarse en contra del asesinato de cuatro miembros de la Fuerza Pública, a quemarropa, con tiro de gracia, por la espalda (y cuidado va uno a incordiarles señalando su total incoherencia).
Aunque el colmo de la ironía vino al descubrirse la falla técnica del sonido. Mientras daba tiempo para ver si los encargados la podían arreglar, Residente invitó a algunos representantes estudiantiles a que subieran a la tarima. Arriba, varios de ellos repitieron los mensajes de las marchas estudiantiles. Dos sobresalieron por encima de los demás, aunque el mensaje central era el mismo.
Uno de ellos dijo que defendían la vida (cuando ni siquiera fueron capaces de desaprobar el cobarde asesinato de cuatro personas indefensas que llevaban más de diez años privadas ilegalmente de su libertad) y que todo esto lo hacían por una educación gratuita, de calidad y a la que todo el mundo pudiera acceder. Una vez más, su total incoherencia, pues si hubieran leído el proyecto de ley y hubieran decidido meterle dos neuronas, habrían visto que lo único contra lo que atentaba la reforma era contra la gratuidad de la educación, pero ciertamente tenía como objetivos mejorar la calidad y la cobertura. En fin, que es la mejor muestra de que falta educación.
El otro mostró la verdadera intención de la MANE: oponerse “al gobierno de Santos”. ¿Existe una mejor confesión de su total falta de criterio y de coherencia que la de depender de lo que hagan los demás? El día que Santos diga que proponga educación gratuita, de calidad y con cobertura, se van a oponer. Porque sí. De oficio, sin importar las circunstancias.
Y así como mintieron descarada y absolutamente al buscar el apoyo de los estudiantes de las universidades privadas, y de los chilenos, también le mintieron a Calle 13, que no entiende los procesos internos del país. En su llamado por la unión estudiantil, el vocalista elogió que las marchas en Colombia habían sido sin violencia. Nada más lejos de la verdad: ¡hubo violencia!
Y no fue de aquella a la que el Estado tiene derecho para perseguir delincuentes -de la cual abusan con relativa frecuencia-, sino por parte de los manifestantes. Hubo robos de celulares (a punta de pistola) y hubo provocaciones a la Fuerza Pública que resistió estoicamente los puños, los insultos y los botes de pintura que les dirigían esos cobardes, infiltrados terroristas, que cubren sus caras con capuchas (y que los demás estudiantes, salvo contadas excepciones, se prestan alegremente para servirles de escudos humanos).
No es lo mismo marchar por la educación en Argentina o Chile, que hacerlo en este país en donde la marcha será infiltrada y agitada por terroristas, que la empañarán con su violencia para luego declararse “víctimas” de la “brutalidad policial”, insultando en el mismo acto a las verdaderas víctimas de la brutalidad policial, que por supuesto que existe y que se debe denunciar, y a los policías que hacen su trabajo de manera honrada, que, a pesar de toda la evidencia en contra, también los hay.
En todo caso, vale la pena resaltar que el grupo estuvo a la altura e hizo un llamado a los asistentes a que no dejen que la violencia se apodere de sus actos, sino que mantengan el autocontrol.
Sin embargo, no todo fue perfecto por parte de los boricuas. Yo me quedé esperando que tocaran Que lloren. Supongo que en una próxima ocasión.