Los multiculturalistas no sólo se equivocan al decir que se puede y se debe condenar a una persona a permanecer en las condiciones sociales, económicas, tecnológicas, jurídicas y políticas en que nació (así, sin importar si eso viola sus derechos humanos), sino que van más allá y rechazan ese planteamiento.
Al menos esa es la sensación que queda cuando callan complacientemente acerca de que los europeos ya no tienen derecho a sus tradiciones y su cultura sino que van adoptando poquito a poco las formas incivilizadas de la sharía:
Hace unos días, Ophelia Benson escribió en su blog acerca de Gulnaz, la mujer afgana encarcelada por 12 años después de haber sido violada en Afganistán. Ese día me pidieron que hiciera una entrevista sobre el tema para SKY TV, pero no pude ya que tenía que recoger a mi hijo de 6 años de la escuela. Desde entonces, he tenido la intención de escribir en el blog acerca de esto, ya que constituye otro ejemplo atroz de la Unión Europea poniéndose del lado de la ley islámica y el islamismo en lugar de las mujeres. Permítanme explicar.
Gulnaz fue una de las dos mujeres encarceladas por “delitos contra la moral” y destacó en la película In-justice, que fue encargada por la UE. Había sido violada, quedado embarazada, sentenciada a 12 años por adulterio y dio a luz a su hija en el frío suelo de la cárcel. Ella habló con el equipo de la película no porque creyera que ayudaría a su causa sino porque esperaba que salvaría a otras mujeres de la misma suerte. La otra mujer que destacó en la película fue Farideh quien escapó de un marido abusivo y fue declarada culpable de adulterio. (Encarcelada víctima de violación silenciada mientras la UE censura su propia película de injusticia, The Times, 11 de noviembre de 2011)
Días antes de la fecha de exhibición de la película, la UE bloqueó la emisión de su propia película.
Una de las razones que dio fueron las preocupaciones sobre la seguridad de las mujeres. Es evidente, sin embargo, que este no era el verdadero problema que nos ocupa. Las mujeres eligieron hablar libremente sobre su situación y ellas tenían todo el derecho de hacerlo. Hablar era de hecho el único medio que tenían a su disposición para llamar la atención.
He oído este argumento muchas veces – ‘es por su su propio bien’. Más recientemente, todas mis intervenciones a partir de un artículo sobre la situación de los gays en Irán fueron censuradas por la revista DNA por la ‘preocupación’ con respecto a la seguridad de los activistas gays en Irán. Dije entonces que la preocupación era más por el régimen islámico de Irán que por los activistas de derechos de los homosexuales. Y es exactamente el mismo problema aquí.
Si siguen leyendo la declaración de la UE sobre este tema, ellos dicen que ‘hay que considerar [sus] relaciones con las instituciones de justicia…’ Y esa es la verdadera historia detrás de esta censura.
La UE debe defender la ley islámica y su sistema de injusticia en Afganistán por encima de las vidas y los derechos de las mujeres afganas.
Y como siempre, el ayatolá BBC (como se les conoce en Irán) culpa a los jueces y policías corruptos de la difícil situación de Gulnaz.
La verdad es que es la ley islámica tiene la culpa…
Gulnaz primero fue sentenciada a dos años de prisión; le dieron 12 años, cuando apeló. La sharía desprecia a las mujeres que hablan y defienden sus derechos y se atreven a apelar leyes misóginas y discriminatorias.
Parece que la la UE siente exactamente lo mismo.
Esta película tiene que ser mostrada. No hay vuelta de hoja.
Por una vez me gustaría oír a cualquier relativista cultural quejarse porque Europa está perdiendo su preciosa y preciada cultura y tradición -la libertad de expresión- ante los embates de la ‘cultura’ islámica. A ver ¿dónde están? ¿Que acaso no son iguales todas las culturas?
Pues si con este argumento defienden la permanencia de una, no veo por qué no pueden defender igualmente las demás.