Creo que los multi-culti empezaron a mostrar su verdadera agenda racista cuando consideraron que Salman Rushdie se merecía las amenazas de muerte tras escribir Los Versos Satánicos pues ‘se lo había buscado’ y ‘sabía lo que hacía’. (Como dice Hitch, uno esperaría que supiera lo que estaba haciendo.)
Pues bien, relativistas culturales, pueden respirar tranquilos. Otro hombre que ‘se lo había buscado’ ha encontrado su destino:
En el 2006, el ayatolá Lankarani emitió una fatwa de muerte contra el escritor azerbaiyano Rafiq Tagi por sus escritos. En el 2007, un tribunal de Bakú lo condenó a tres años de cárcel por criticar el islam y al profeta del islam, Mahoma. Fue indultado y puesto en libertad más tarde ese año.
Pero ahora finalmente lo han matado.
El destacado escritor y crítico del islamismo, del islam, del régimen islámico de Irán, así como del gobierno de Azerbaiyán recibió múltiples heridas de arma blanca en su casa el 19 de noviembre. Él parecía estar recuperándose, incluso concediendo una entrevista donde dijo que el ataque pudo haber sido organizado por el régimen de Irán. Sin embargo, tomó un giro para peor y murió. Algunos se quejan de que la seguridad en el hospital era laxa y que pudo haber sido envenenado.
La República Islámica de Irán ha negado cualquier participación en el asesinato.
Sí, y de acuerdo con el vil Ahmadineyad a través de la vil Press TV, la República Islámica de Irán es “ejemplo de los derechos humanos”.
Sí, claro.
Bueno, supongo que los relativistas culturales estarán felices de que Occidente no se haya entrometido en el ejercicio de la sagradísima cultura de los países de la región para defender la libertad de expresión.