Lo vi en Friendly Atheist y me pareció condenadamente sublime:
Queridos Cristianos Evangélicos:
Aquí Dios.
En primer lugar, yo no existo. El concepto de un ser de 13.7 mil millones años de edad, capaz de crear todo el universo y sus miles de millones de galaxias, vigilando al mismo tiempo los pensamientos y las acciones de los 7 mil millones de seres humanos en este planeta es absurdo. Que les crezca un cerebro.
En segundo lugar, si lo hiciera, les habría dejado un libro un poco más consistente, atemporal y verificable de manera independiente que la colección de la mitología de Oriente Medio de la Edad de Hierro que llaman Biblia. Demonios, apuesto a que no pueden decirme una cosa sobre cualquiera de sus autores, su credibilidad o sus posibles motivos ocultos, sin embargo, ustedes los citan para las más extraordinarias afirmaciones.
En tercer lugar, cuando envié a mi “hijo” (lo que sea que eso signifique, dado que soy dios y no me apareo) a la Tierra, él habría visitado a los chinos, japoneses, europeos, rusos, africanos subsaharianos, los aborígenes australianos, los mongoles, polinesios, micronesios, los indonesios y los nativos americanos, no sólo a unos cuantos judíos. También habría demostrado un conocimiento ajeno a la Edad de Hierro de Oriente Medio.
En cuarto lugar, yo no gastaría mi tiempo escondido, negando toda evidencia tangible de mi existencia, y luego castigando a aquellos que son suficientemente inteligentes para llegar a la conclusión natural de que no existo quemándolos para siempre. Eso no tendría ningún sentido para mí, ya que yo soy el que ocultó pruebas de mi existencia en primer lugar.
En quinto lugar, no me importa con quién lo hacen o cómo “lo hacen”. Realmente no me importaría. Esto no tendría ningún interés para mí, dado que puede crear universos. Oh, los egos.
En sexto lugar, yo habría golpeado a todos los evangélicos y fundamentalistas mucho antes de esto. Ustedes me vuelven loco. Son mezquinos y sin embargo hablan con esa falsa autoridad. Muchos de ustedes todavía creen en el sinsentido de la serpiente parlante del Génesis. Yo los mataría a todos ustedes sólo por eso y los quemaría por una tarde (quemar para siempre es demasiado bárbaro para que yo siquiera contemple esa posibilidad).
En séptimo lugar, la idea de que los miembros de una especie en un planeta sobreviven a su propia muerte física para “estar conmigo” es un sinsentido absoluto, que nubla la mente. Crezcan. Ustedes van a morir. Supérenlo. Yo lo hice. Demonios, por lo menos ustedes tuvieron una vida. Yo ni siquiera existí en primer lugar.
En octavo lugar, yo no leo tu mentes, o “escucho sus oraciones” como eufemísticamente lo llaman. Hay 7 mil millones de ustedes. Incluso si sólo el 10% rezara una vez al día, eso son 700.000.000 de oraciones. Esto equivale a 8.000 oraciones por segundo – cada segundo de cada día. Mientras tanto, tengo que procesar a los 100.000 de ustedes que mueren todos los días entre el cielo y el infierno. Mediten sobre el completo absurdo de eso por un momento.
Finalmente, la única razón por la que ustedes siquiera consideran creer en mí se debe a donde nacieron. Si hubieran nacido en la India, es probable que creeyeran en los dioses hindúes, si hubieran nacido en el Tíbet, ustedes serían budistas. Cada cultura que ha existido ha tenido su(s)propio(s) dios(es) y siempre parecen estar a favor de esa cultura particular, sus esperanzas, sueños y prejuicios. ¿Qué, creen que todos existimos? Si no, ¿por qué sólo el suyo?
Miren, seamos honestos con nosotros mismos. No hay ningún dios. Creer en mí estaba bien cuando ustedes pensaban que el mundo era joven, plano y simple. Ahora sabemos cuán enorme, viejo y complejo es el universo.
Avancen – supérenme. Yo lo hice.
Dios.
Es la primera cosa sensata que alguna vez ha dicho un amigo imaginario.