Al parecer hemos encontrado un límite a la hasta ahora insaciable voracidad de las empresas dueñas de derechos de autor, que están dispuestas a atropellar la libertad de expresión y el acceso a los contenidos con tal de llevarse unos centavos de más (eyy, ¿quién dijo que era mucho que los gerentes de estas corporaciones tuvieran cinco mansiones?).
Y resulta que el único requisito para no ser víctima de estos famélicos cazadores de migajas es no ser un ciudadano del común:
Los jueces indican a los titulares de derechos que deben de presentar demandas individuales en lugar de colectivas para que no se den casos sin sentido.
La defensa de uno de los abogados de los titulares de derechos no ha podido ser más bochornosa. James White argumentó que los juicios en masa están garantizados, ya que anteriormente han realizado un “barrido”para evitar casos “contradictorios”. En su defensa argumentó:
Han existido casos donde las demandas iban dirigidas al departamento de policía cuando se estaba ejecutando una investigación encubierta, por lo que la hemos desestimado. En otros caso los acusados eran fallecidos, otras veces personajes públicos o políticos, así que hemos decidido optar por no demandar a estos grupos
Por nada del mundo sería policía, ni político. Así que me espera una vida de fama y estrellato para poder acceder a contenidos de calidad sin pagarle a estos enemigos de la cultura, el conocimiento y el entretenimiento.