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Una estafa cristalina

Mientras las tiendas naturistas se enriquecen vendiendo porquerías peligrosas que no han sido sometidas a ningún tipo de pruebas y que le han causado la muerte a algunos de sus clientes, aparece un nuevo publirreportaje sobre más estupideces pseudocientíficas.

Esta vez se trata de la cristaloterapia:

La terapia que tiene origen en las culturas antiguas puede aliviar el insomnio, los ataques de ansiedad, las tristezas profundas, el reflujo, los problemas de colón, el estreñimiento, las dificultades sexuales y hasta la anemia. Las virtudes del tratamiento están en la energía y en la composición que tiene cada una de estas piedras para influir sobre el cuerpo humano.

Debo admitirlo, empiezan fuertemente. Con ‘energías’ y ‘culturas antiguas’.

Mónica Villa Bernal, una arquitecta que ahora se dedica a realizar este tipo de terapias en Italia y Colombia, dice que “las personas suelen manifestar patologías físicas, pero en realidad el origen muchas veces proviene de un mal funcionamiento energético. Las causas pueden ser emotivas, sicológicas o mentales”, es decir, que el cuerpo espera mucho tiempo antes de manifestar el dolor y la enfermedad.

Bullshit! Mentiras del tamaño de la Muralla China.

Con la cristaloterapia se logra conocer esos bloqueos y actuar con los minerales sobre los puntos energéticos. La terapia se complementa con medicina homeopática, esencias florales, masajes ayurvedas, interpretación de sueños, numerología y algo de actividad física.

Pues claro. Si tienen clientes tan descerebradamente crédulos ¿por qué no iban terminar de vaciarles las billeteras?

Sus pacientes más frecuentes son hombres y mujeres que pertenecen a un mundo laboral intenso y desenfrenado, quienes buscan una alternativa anti estrés y encuentran en los cristales un tratamiento para sus enfermedades.

Si quieren desestresarse, ¡oigan música! Pero ¿por qué tienen que poner sus vidas en peligro innecesariamente?

También acuden personas con cáncer, mujeres con problemas de pareja y gente joven conectada con la vida sana, el arte y la medicina alternativa.

Hay que ser muy cretino para afirmar que la pseudomedicina puede curar el cáncer cuando de hecho, no lo hace y es la medicina real -esa que acusan de ser ‘cientificista’ y ‘occidental’- la que realmente está teniendo progresos, verdaderos y reales progresos en la cura de la enfermedad.

La cristaloterapia comienza con una relajación profunda y la aplicación de los cristales en varias partes del cuerpo. El terapeuta va siguiendo al paciente en las sensaciones, imágenes y colores que van apareciendo a lo largo de la meditación. Mónica Villa dice que “el Reiki es fundamental para que en el estado de relajación profunda los cristales actúen. Pero que existen otras técnicas de ayuda para que el paciente entre en contacto con su interior”.

Yo no sé mucho de medicina, pero supongo que si uno no está en contacto con su interior como que básicamente está muerto. ¡Qué tal uno desprenderse de pulmones, intestinos, hígado, páncreas, esófago, corazón, cerebro y huesos! Que por favor un fisiólogo tenga la amabilidad de aclarármelo.

Todos los cristales del mundo mineral son aplicados en las terapias porque ofrecen los componentes químicos necesarios. Pero los tratamientos evolucionan si el paciente inicia un proceso de auto curación, es decir, que cambie ciertos hábitos de alimentación y comportamientos que lo llevan a la enfermedad, incluido, una búsqueda espiritual.

Búsqueda espiritual. ¿Habrá una forma más hermosa de expresar la charlatanería, la estafa y el embuste?

Por muchos años la gente ha usado joyas con piedras únicamente como accesorios de moda sin saber que esos cristales tienen una influencia energética sobre las células. La cristaloterapia es una alternativa para tratar las enfermedades sin acudir a fármacos o soluciones químicas tradicionales.

¿Dónde están los estudios que demuestran la “influencia energética sobre las células” de los cristales? Y quiero decir de todos los cristales. Todos y cada uno de ellos debe haber sido sometido rigurosamente a un estudio -que no existe- que explique cómo y por qué cada uno de los cristales afecta las células. Por cierto, esa energía: ¿con qué la han medido? ¿En qué unidades? Ahh, no lo han hecho. Pues lo que se puede afirmar sin ninguna evidencia, se puede desechar igualmente.

Esta vez fue el medio alternativo Kien y Ke el responsable de este publirreportaje promoviendo las fórmulas anticientíficas, mentirosas, estúpidas y peligrosas que ponen en riesgo la vida de muchas personas.

(dato: Felipe García)

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