Al parecer nadie está a salvo. Ni siquiera los representantes de dios.
Incluso los sacerdotes deberían ir a una velocidad apropiada para su ángel de la guarda:
“El padre celebró la eucaristía en la vereda La Alegría y de ahí partió en su carro a cumplir otro compromiso en Buena Vista Alto, pero su carro se fue a un abismo, no sabemos qué ocurrió, no conocemos las causas de este incidente que enluta al municipio”, afirmó Juan Manuel Díaz, quien atiende el despacho parroquial.
¿Dónde estaba dios entonces, no que en todas partes? ¿No era este uno de los suyos? ¿Por qué no se van al abismo los curas pederastas?
Si el dios católico existiera, entonces no sería benévolo, a no ser que lo fuera, y en ese caso, no sería todopoderoso.