Colombia es la Banana Republic por excelencia.

Copiamos todo lo malo del resto del mundo y cuando el mundo hace algo bueno, entonces nos da por ser diferentes.

Todas estas imposturas, despropósitos, estupideces, sandeces y desgracias, curiosamente, son impulsadas por el Partido Conservador:

Por ejemplo, mientras el mundo avanza -muuuuy lentamente- hacia la legalización de las drogas, en Colombia no. Ahora, aquí, se hacen leyes para perdonar a los mafiosos -que son los productores- y se quiere condenar al consumidor.

Dentro de la reforma a la justicia, los enemigos de la libertad y amantes de los regímenes brutalmente represivos -o sea, los conservadores- quieren que haya un fuero especial para los militares. Pobrecitos, ellos, salvajes incomprendidos, que serían juzgados por alguien que no los entiende, como un juez de la república. Pues, hasta donde me acuerdo de mis clases de derecho, el que juzga sólo tiene que entender las leyes de la república en vez de compartir un fuero especial con los acusados. Y si los idiotas no lo logran en la reforma a la justicia, entonces meten su tendenciosa idea en la Ley de Seguridad.

Sigue el proyecto de condenar a las mujeres que han sido violadas -eyy, y por qué no de paso también a los niños víctimas de la pederastia-. La misoginia y el machismo están a todo dar en la agenda conservadora retrofacha que busca penalizar el aborto, con el eufemismo de “defender la vida”. Esto sólo pone de manifiesto la supina ignorancia autocomplaciente de estos lacayos de la Iglesia Católica.

En este país, en donde un lituano se lanzó de candidato a la alcaldía por el partido indígena (?), ahora quieren aumentar las curules del Senado -dizque para las negritudes-. Por supuesto, detrás de esto están los conservadores, para quienes los puestos y las curules es a lo que Álvaro Gómez Hurtado se refería cuando hablaba de “lo fundamental”. El partido más discriminador del país promoviendo la discriminación positiva.

Supongo que esa es la diferencia entre el catolicismo y el cristianismo. Acá, los retrofachos le responden a sus amos mentales, la Iglesia Católica, reprimiendo y exterminando los derechos de las mujeres y son capaces, incluso, de tener consideración con los negros. En EEUU, por el contrario, donde la superstición imperante es el cristianismo protestante, ellos prefieren poner a una mujer (tan estúpida como Michele Bachmann o Sarah Palin) como Presidente antes que permitir que un negro llegue a la Casa Blanca.

Definitivamente el mundo será mejor el día que no quede sobre la faz de la Tierra un solo conservador.

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