Recuerdo que las primeras palabras en contra de Halloween las oí en el colegio, con la profesora de religión, que estaba loca de remate (ya sé que para creer en amigos imaginarios esa es una condición sine qua non, sin embargo su caso era algo de manicomio: a mis tiernos nueve años de edad, nos andaba diciendo que la vida de las personas a las que se les aparecía la Virgen era una sufrida vida llena de sacrificios, penitencias y desgracias y que debíamos aspirar a eso (!!) Amparito, en donde quiera que estés, espero que sea un sanatorio, lejos de niños cuyas vidas puedas arruinar para siempre).
Luego, cuando ya rozaba los 16 años, me llegó una cadena de correo, esta vez enviada por mi primita de 10 años, que se iba lanza en ristre contra los druidas (?) y acusaba al Halloween de ser herético. Nunca pensé que todavía hubiera lunáticos -adultos que salen a la calle sin supervisión- que difundieran esas bobadas. Pero Kimberly Daniels es la prueba viviente de que me equivoqué:
La raíz de la palabra Halloween es “hallow“, que significa “santo, consagrado, apartado para el servicio”. Si esta fiesta es sagrada, ¿al servicio de quién está reservada? La respuesta a esa pregunta es muy fácil – ¡al de Lucifer!
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[Halloween] está dedicado a la oscuridad y es una temporada maldita. Durante Halloween, las maldiciones de liberación cronometrada siempre se desatan.
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Durante este período, a los demonios se les asigna en contra de aquellos que participan en los rituales y las festividades.
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Por ejemplo, la mayoría de los caramelos vendidos en esta temporada han sido dedicados y rezados por brujas.
No compro dulces durante la temporada de Halloween. Las maldiciones son enviadas a través del triqui-triqui de los inocentes ya sea que los consigan yendo de puerta en puerta o comprándolos en la tienda local. Los demonios no pueden notar la diferencia.
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Halloween es mucho más que un festivo lleno de diversión y trucos o golosinas. Es un tiempo para la reunión del mal que se disfraza detrás de los personajes ficticios de Drácula, hombres lobo, momias y brujas en escobas. La verdad es que estos demonios que han sido presentados como caricaturas de miedo en realidad existen.
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El peligro de Halloween no está en las cosas de miedo que vemos, sino en las actividades secretas, malvadas, y crueles, que ocurren tras bambalinas. Estas actividades incluyen:
– Sexo con demonios
– Orgías entre animales y humanos
– Sacrificios de animales y humanos
– Sacrificios de bebés para derramar sangre inocente
– La violación y el abuso sexual de adultos, niños y bebés
– Noches de prostitución
– Conjurar demonios y lanzar encantamientos
– Lanzamiento de maldiciones “cronometradas” contra los inocentes e ignorantes.Otra abominación que sucede detrás de las escenas de Halloween es la necromancia, o la comunicación con los muertos.
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No hay duda en mi corazón de que Dios no nos llama a sustituir a los festivales de otoño y las actividades de Halloween; sino que Él quiere que destruyamos por completo las obras de esta temporada. Si usted o sus familiares han abierto la puerta a cualquier maldición que se lance durante las fiestas del otoño demoníacas, renunciar a ellas y arrepiéntase.
¡Genial! ¿Dónde me inscribo?
(dato: The Religion Virus)
