En estos días que ha estado de gira por México y Brasil, el autocrático y totalitario líder budista se ha dejado captar diciendo frases muy políticamente correctas acerca de las religiones y el laicismo.
Sólo me queda clara una cosa: este tipo no tiene la menor idea de lo que es el laicismo.
En medio de su visita a Brasil, el Dalái Lama aseguró “secularidad no significa falta de respeto a las religiones, sino respeto a todas las religiones, incluidos los no creyentes”.
Algunos pensaron que ese era un síntoma de respeto al laicismo, pero no lo es. El respeto empieza por comprender bien un concepto antes de referirse a él.
El laicismo no significa respeto a las religiones sino separación absoluta entre el Estado y estas. Y ya que le estamos aclarando los conceptos al monje, los no creyentes, como la denominación indica, carecemos de religión, en vez de ser “una más”.
Y por si fuera poco, a quien se debe respetar es a las personas -creyentes tanto como no creyentes-. Las religiones, por el contrario, como con cualquier otro conjunto de hipótesis, suposiciones, ideas, modelos y creencias, deben ser puestas a prueba, en vez de mantenerse en un pedestal y no atreverse a pensar críticamente con respecto a ellas.
La secularidad es mantener la religión en el ámbito privado. Lo único que tiene que ver la secularidad con el respeto, es que es una falta de respeto ir a imponer o predicar las supersticiones propias a los congéneres, quienes deberían reaccionar a esta situación con una mente crítica y cuestionar las afirmaciones del mentiroso de turno.
Es más importante el respeto de las facultades críticas que el de las religiones.