El feminismo del mundo debe estar que salta de la dicha. Por lo menos yo lo estoy. En Holanda han decidido prohibir la fascistoide burka, símbolo de la inferioridad femenina y excusa para los hombres irresponsables, que creen que está bien violar a una mujer si ven incluso un milímetro de piel más allá de lo ‘permitido’.
Pues vamos a ver cómo les va con la nueva reglamentación a estos potenciales violadores:
El Gobierno holandés aprobó hoy la prohibición total de la burka y de otras prendas que cubran totalmente la cara, por considerarlo “contrario al carácter de la vía pública”, indicó el Ejecutivo en un comunicado.
Bien hecho. La sociedad abierta se basa en la lógica de que conozcamos a nuestros vecinos y sepamos quiénes son y la más sencilla demostración de esto es mostrar el rostro. Para los que digan que esto es discriminación o algo por el estilo, les recomiendo volver a leer: “prohibición total de la burka y de otras prendas que cubran totalmente la cara“. La ley se aplica para todas las ideologías, doctrinas, supersticiones y creencias por igual. En los edificios públicos y en la vía pública debe ser obligatorio ir con la cara descubierta.
Ya verán las empresas privadas, como los bancos, si quieren dejar entrar a sus edificios a personas vestidas como Darth Vader en vez de que sean plena y fácilmente identificables.
El Ejecutivo opina que la “burka entorpece la comunicación pública y es contrario al principio de igualdad entre hombres y mujeres”, según la nota oficial.
¡Exacto! Sumado al problema del anonimato -que mezclado con religión es una coartada perfecta para cometer crímenes-, está el problema de la salud:
De 178 mujeres musulmanas que visten de forma conservadora, que fueron estudiadas por investigadores de la Universidad de los Emiratos Árabes, sólo dos no tenían deficiencia de vitamina D. La luz del sol estimula la producción de la vitamina, lo que protege contra los problemas óseos y musculares y puede reducir los riesgos de cáncer, presión arterial alta y trastornos del sistema inmunológico.
“Cuando la exposición al sol -la principal fuente de vitamina D en los seres humanos- es limitada”, le dijo el Dr. Hussein F. Saadi a Reuters Health, “es necesario un consumo mucho más alto de vitamina D que el actualmente recomendado,” especialmente para las mujeres que estén amamantando.
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Muchas [de las mujeres en el estudio] se visten cubriendo todo su cuerpo incluyendo manos y cara, cuando están fuera de sus hogares.
Sigue la noticia:
Aunque su uso se justifica a menudo por motivos religiosos, “la práctica muestra que ese tipo de prenda no está ligada al islam, sino a tradiciones regionales y culturales”, explica.
Exacto, esto no tiene que ver con el islam. Tiene que ver con un disfraz que reúne tres condiciones: es símbolo de la ‘superioridad’ masculina, crea un ambiente de anonimato que va en contra de la sociedad abierta y pone en peligro la salud de las mujeres que han sido adoctrinadas desde pequeñas para utilizarlo.
**Actualización: En los comentarios me hacen caer en cuenta que esto sólo entrará a regir si es aprobado por el Parlamento y que hasta ahora sólo es una propuesta de la coalición de gobierno.